10 julio 2015
Los placeres de la vida nada tiene que ver con todo aquello que siempre soñé cuando era un niño. El paso del tiempo me ha convertido en un feroz admirador de las cosas sencillas, furibundamente simples y cariñosamente mías, solo mías. La esencia, como todo lo escaso, es difícil de encontrar y aún más, de saber ver.
Hola. también a medida que pasa el tiempo y sumo años valoro más esos pequeños instantes o situaciones de mi vida cotidiana que no son nada excepcional pero que a mi me aportan todo... Al igual que a ti esos placeres actuales no tienen nada que ver con los que soñaba o quería cuando era niña... supongo que será la madurez la que nos hace ver y valorar la verdadera felicidad. Seguimos en contacto
ResponderEliminarSolo sentimientos que se escapan por el calendario de la experiencia, Marta. Nunca pensé que este momento fuera así ... tan genial.
EliminarAmigo Enrique estamos en que la Felicidad está emparentada con la sencillez
ResponderEliminarUn abrazo
Así es, sencillamente así, amigo Toni.
EliminarFeliz viernes la nuit
Amigo Enrique estamos en que la Felicidad está emparentada con la sencillez
ResponderEliminarUn abrazo
Así es, sencillamente así, amigo Toni.
EliminarFeliz viernes la nuit