sábado, 12 de septiembre de 2015

La estupidez de las librerías bien coloreadas



12 septiembre 2015

Un amigo de los de toda la vida, de esos que está esperando que escribas algo para ponerte a parir, me manda, a consecuencia de haber leído mi bloguería anterior, un correo-e, ahora mismo, con una “bella” anécdota, la cual solo copio aquí, no la interpreto, eso lo dejo a la imaginación de cualquiera:
Hace poco un amigo mío, muy cabroncete él, se fue a cenar a casa de otro amigo. Mientras hacían el aperitivo se acercó, copa en mano, (a la librería de la casa del amigo), y vio, entre otras, una preciosa y coloreada colección de libros, todos perfectamente ordenados por color de sus tapas y tamaño, como un cuadro perfecto. Mi amigo leyó uno de los títulos: “Melocotones helados” de Espido Freire y al acercarse a la mesa y sentarse le dijo a su amigo; “¿Qué estás leyendo ahora?” y tras algunos balbuceos, evasivas y cambios de tema, reconoció, el amigo titular de la librería, no tener a la vista ninguno que le apeteciese leer. Mi amigo le recomendó el de “Melocotones helados”, es un Planeta, ya sabes, algo antiguo, debe tener unos diez años ya, pero vale la pena leerlo, le dijo sin recato alguno. El propietario de la coloreada librería le dijo; “Gracias, lo buscaré en 80 Mundos, en esa librería suelen tener casi todo”.
Besos de sábado y ya sabéis: Guerra a la estupidez, fijaros bien, id con cuidado, vive en cualquier lugar.






4 comentarios:

  1. Hola. efectivamente hay casas que tienen libros como elemento decorativo.. es triste pero es una realidad... con lo entretenido, interesante y enriquecedor es leer y en mi caso en soporte papel... en ese aspecto me niego a cambiar... seguimos en contacto

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    1. Y yo tampoco, Marta, mis abuelos eran libreros y ... no me caben en sitio alguno, pero los guardo todos con un enorme esfuerzo e ilusón.
      Un abrazo de lunes

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  2. Jajaj, a propósito de los libros como decoración, busqué y busqué sin parar aquellas cajas de cartón con un lomo que simulaba ser una enciclopedia y que se usaban sobre todo en tiendas de muebles para decorar las estanterías a la venta. Ahora vas a una tienda de muebles y solo hay jarrones con cañas de bambú y eso. Al final conseguí dos cajas de esas, con sendas "colecciones" de Julio Verne.

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    1. Las hay, mejor dicho, las había, en el Corte Ingles de Churruca, previa a la entrada al Restaurante ... escondían unas zapatillas de tisú, Alacantí. Se agotaron enseguida.

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