29 diciembre 2015
Cruzaban la calle frente al mismo Teatro, madre e hija. La madre iba cogido del brazo de su hija y andaba con gran dificultad. La hija la llevaba a una velocidad que la anciana señora soportaba con gran agobio. Parecían del barrio, iban arregladitas y no parecían ir a la casa de beneficencia, precisamente, pero al llegar al bordillo, frente al teatro, la anciana tropieza con él y la hija tiene que hacer un alarde de su madura juventud y la sostiene sin que se caiga, pero a continuación y ante mi estupor, la hija empezó a soltar su verbo mas cruel contra la anciana, llegándole a insultar recriminándole su torpeza y falta de tino.
No he podido evitarlo ... me he acercado a la madre que estaba blanca como la nata y respirando con dificultad, y le he preguntado. "¿Está bien, señora?" - La hija cogiéndome del brazo con el que yo tenía cogido a la madre y echándomelo atrás, me dice ... "Señor, métase usted en lo suyo" ... y tras una bondadosa mirada de despedida de la madre, la niña arreó con su anciana madre a toda velocidad hacia la cuesta de La Constitución como si se tratara de llegar temprano al Notario para redactar la más que deseada Herencia. Mientras, a mi, me ha entrado una inexplicable sensación de vértigo que aún ahora no he conseguido superar.
No he podido evitarlo ... me he acercado a la madre que estaba blanca como la nata y respirando con dificultad, y le he preguntado. "¿Está bien, señora?" - La hija cogiéndome del brazo con el que yo tenía cogido a la madre y echándomelo atrás, me dice ... "Señor, métase usted en lo suyo" ... y tras una bondadosa mirada de despedida de la madre, la niña arreó con su anciana madre a toda velocidad hacia la cuesta de La Constitución como si se tratara de llegar temprano al Notario para redactar la más que deseada Herencia. Mientras, a mi, me ha entrado una inexplicable sensación de vértigo que aún ahora no he conseguido superar.
Esos espectáculos a mi me dejan mal cuerpo. Veo a los ancianos como pequeños niños, manejados por los adolescentes inestables, crueles y egoistas que son sus propios hijos. Y siento pena, y rabia, y mal humor durante horas...
ResponderEliminarUn abrazo, Enrique.
Ese es uno de mis grandes lamentos, EmeM.Lamento tener que coincidir contigo.
EliminarUn abrazo de domingo.
te entiendo y no puedo dejar de decirte
ResponderEliminarpor lo menos tiene alguien la vieja a su lado y eso es suficiente
mil besos
Claro que sí, querida Mucha, la vieja, en mi caso,todas las de mi vida ... las adoré siempre.
EliminarFeliz domingo querida poetisa.