
29 enero 2016 29 enero 2013 29 enero 2011
No es fácil, nada fácil, convivir y sufrir las consecuencias de alguna inseparable compañera de viaje como la fibromialgia, la artrosis o la actitud punzante de algunos osteofitos, sobre todo cuando todas ellas vienen juntas. Es una vida difícil pero que, además, viene acompañada del aparente desprecio que el resto de los humanos, en general, muestra hacia el que lo sufre. Son las enfermedades del “cuentista”, es decir, son aquellas en que, la mayoría de las veces, no hay más prueba de sus existencia que las manifestaciones del propio que las sufre y, éste, el que la sufre, le duele mucho más el verse incomprendido en su dolor, que por el propio que le crean su activas compañeras.
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¿Y tú como lo consigues cariño? – Pues solo hay una manera, Enrique: Intento emanciparme del dolor.
Emanciparte del dolor, me encanta el término. A mí me pone negra que en ocasiones le digan a uno que lo que tiene es todo mental, lo hacen hasta los médicos y no puedo con ello. Me consta por tener una amiga que lo sufre que la fibromialgia es muy difícil y si lo tienes todo y encima tienes esa actitud, no puedo menos que quitarme el sombrero.
ResponderEliminarBesos y gracias por compartir :)
Hay, Celia ... la mente puede con todo, dicen, pero es el alma la que nos hace fuertes si ella, el alma, lo es.
EliminarUn abrazo muy fuerte y feliz martes
Bueno a veces siento pero sigo
ResponderEliminarTrato de no comer tomates
hago yoga
y camino todos los dias
me trato de enamorar de nuevo eso te quita todo lo que sentis
jajaja
beso
Eres una valiente, querida Mucha ... ¿Cómo puedes vivir sin tomar tomates?
EliminarHacer yoga, caminar, hacer el amor ... todo lo que sea natural ... es bueno, da vida, vida sana.
Feliz martes querida poetisa.
Pues si Emilio, y hay quien le sabe sacar partida a esa aptitud de cuentista, pero esa de la foto, no creo que este mala porque la veo muy buena, vamos que no tiene cuento
ResponderEliminarSalud sin cuento
Es cierto, Toni, la de la foto no parece ... luego le pregunto.
EliminarHay mucho cuentista y molts lladres. me confirman que la chica no tiene nada, bueno, tú ya me entiendes.
Feliz martes, amigo.
De lo poquito que he aprendido de la vida es que hasta que uno no padece lo que sea (enfermedad o situación, da igual del tipo que sea) no puede hablar de ella con conocimiento de causa y sí, lo sientes, acompañas a la persona en el dolor, pero mirándolo desde fuera.
ResponderEliminarLa verdad, amigo EKK, es que tenemos tendencia a que cuando alguien nos saluda con el clásico "Holacomoestás" ... pues se lo contamos. Es como cuando éramos jóvenes e íbamos a casa de un amigo y te preguntaban: "¿No os hemos mostrado los vídeos de la boda?" ... y te los ponían.
EliminarUn abrazo y feliz martes, amigo.