29 marzo 2016
Sales a la calle, resuelves tus problemas, pero, mientras, no puedo evitar dejar de fijarme en cosas que aparentemente son muy sencillas y que, a pesar de mi edad, aún me emocionan.
“¿Qué vas a pedir, cariño?” – Esa carrilada con verduras tiene buena pinta, ¿No? – “Pues pidamos dos iguales” …………..
Estaba sentado, algo cansado pues la mañana ha sido larga y muy dura, quiero decir que he estado mucho tiempo en el Hospital, en salas de espera, y eso, para mi, es como jugar la Final de Wimbledon para Nadal. Miro a mi alrededor y me asusta ver la poca gente que anda por los restaurantes, donde, hoy por hoy, hay menús desde 7 a 12 €, allá donde vayas. Pero no era eso lo que me iba, hoy, a turbar.
Mi mirada andaba distraída entre los ojos siempre coquetos de mi querida de siempre y los del personal que entraba, o hace que quiere entrar, en el local, y entonces la he visto, he visto a Mamá, si, la he visto, era una chica de unos veintitantos, bebé en brazos y sin que casi me diera cuenta, veo que el pequeñajo está con su boca enganchada a la teta de su madre mas feliz y contento que la misma Mamá.
Papá era un chico de estilo moderno, barba al uno, pelo cuidadosamente revuelto y vestimenta algo “casual”. En toda la comida, Papá no ha mirado al pequeñajo, aunque ha estado pendiente de que a Mamá no le faltara de nada, ha estado atentísimo con ella. Mamá apenas hablaba con Papá, ella solo estaba extraordinariamente pendiente de que su teta fluyera lo suficiente para que el peque no dejara de succionar, solo le quitaba la mirada al renacuajo para ella comer algo, sin aparentes ganas de hacerlo y sin prestar atención alguna a lo que, cariñosamente, contaba Papá. ………………..
Mi mirada andaba distraída entre los ojos siempre coquetos de mi querida de siempre y los del personal que entraba, o hace que quiere entrar, en el local, y entonces la he visto, he visto a Mamá, si, la he visto, era una chica de unos veintitantos, bebé en brazos y sin que casi me diera cuenta, veo que el pequeñajo está con su boca enganchada a la teta de su madre mas feliz y contento que la misma Mamá.
Papá era un chico de estilo moderno, barba al uno, pelo cuidadosamente revuelto y vestimenta algo “casual”. En toda la comida, Papá no ha mirado al pequeñajo, aunque ha estado pendiente de que a Mamá no le faltara de nada, ha estado atentísimo con ella. Mamá apenas hablaba con Papá, ella solo estaba extraordinariamente pendiente de que su teta fluyera lo suficiente para que el peque no dejara de succionar, solo le quitaba la mirada al renacuajo para ella comer algo, sin aparentes ganas de hacerlo y sin prestar atención alguna a lo que, cariñosamente, contaba Papá. ………………..
“¿Cariño, vas a comer?” – Si, si claro, es que estaba mirando …. – “Ya lo he visto, es el milagro de la vida” – Si, así es, Mamá es la vida, Él solo acompaña, eso es la historia de nuestra vida, de nuestras vidas.
Hay veces que con solo salir a la calle, el libro de lo imposible siempre vincula a uno cualquiera de los escenarios que desfilan ante mi, con alguno de esos ocultos paisajes que forman en mi imaginación cualquiera de las muchas emociones vividas. Pero comprendo que lo de ser Mamá es bastante más que probable que me quede sin poder experimentarlo, lástima, aunque ….., quizás en la otra vida, ……….. en fin, nunca se sabe, ya os contaré, si me acuerdo, claro.
Ves el mundo con los ojos de un poeta, Enrique :)
ResponderEliminarEspero que pronto tengas que dejar de ir a esos tediosos hospitales.
Besos
Parece que eso de andar por Hospitales, es ya una costumbre hasta el final. No obstante, me lo paso bien allí. Hago muchos amigos los cuales me enseñan muchas cosas y especialmente a vivir.
EliminarUn abrazo Celia
Siento curiosidad por saber si esa foto es la de la mama que vistes tú
ResponderEliminarSAlud Enrique
Claro que sí, amigo Toni ... en otro caso no la hubiera puesto. No obstante de voy a dejar aquí una frase de mi admirada Ana María Matutes que no viviendo al caso, no, pero ayuda: “Y me permito hacerles un ruego: si en algún momento tropiezan con una historia, o con alguna de las criaturas que transmiten mi libros, por favor créanselos. Créanselos porque me las he inventado”. (Final de su discurso al recibir el Premio Cervantes 2010).
EliminarUn abrazo muy fuerte, amigo Toni.
Te digo lo mismo que Celia, tienes una mirada preciosa y una forma de transmitir lo que ves que hace más grande y bonito nuestro mundo.
ResponderEliminarUn beso enorme, amigo.
Gracias amiga Eme ... has conseguido que me ponga colorado.
EliminarUn beso grande también para ti.
Hola: si en otra vida consigues ser 'mamá' espero leer tu experiencia... Me encanta observar a la gente de mi entorno e imaginarme sus vidas. Esta pareja que nos describes son los nuevos padres y se nota que estaban enamorados y era el primer hijo... En mi zona es frecuente ver a las parejas con hijos gritándose o hablando altísimo y todos peleados con todos...sus hijos, salvajes, por los suelos... en fin, es reconfortante leer tu crónica y comprobar que aún hay familias felices, amorosas y atentas. Seguimos en contacto
ResponderEliminarCierto, amiga Marta, las hay que aún son felices y a mi, por encima de cualquier otro motivo, me gusta hacerlo saber.
EliminarAh, si en la otra consigo ser mamá ... te lo contaré, no lo dudes.ç
Un abrazo y feliz noche
Enrique querido, vengo a visitarte para saber cómo sigues y me encuentro esta hermosa historia que me ha conmovido. Siempre pensé que aquello de que ser madre nos cambia la vida era una exageración hasta que lo experimenté yo misma. Es así, la vida de nuestro hijo es lo más importante de TODO, incluso más que nosotras mismas. Un abrazo largooooooo.
ResponderEliminarDebe ser cierto, misretazos, y muy emocionante. la devoción de la madre por sus hijos es algo tan extarordinario que no siempre es comprendido si no se es madre, decía, siempre, mi Madre.
EliminarUn abrazo, amiga.
Bellísima historia, amigo, que nos llega al alma...
ResponderEliminarUn abrazo, y el deseo de un feliz fin de semana
Gracias amigo IR el deseo es mutuo, feliz fin de semana para ti, también.
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