Imagen de Woodstock 1969
25 abril 2016
Contaba y no acababa, Antoine estaba pletórico. Sus relaciones perverso-sexuales del fin de semana habían sido "extraordinaire". Y digo perversas porque a él solo le gustan las emociones fuertes a pesar de haber cumplido ya los setenta hace bastantes horas. Solo le interesan las veteranas chicas casadas o viudas, si acaso, pero con hijas mayores y eso sin entenderlo, sí es perverso.
Diez pasos más allá, en la mesa del fondo, dos veteranos hablan de política sin escucharse - cosa normal - pero lo más chocante es cuando oigo a Leonor, que está con ellos, (la élite del Ateneo), contar lo del 69 en Woodstock. Estaban todos boquiabiertos, como paralizados, escuchaban y no podían imaginarse tanto libertinaje y tanta obscenidad para la época aunque, claro, en EEUU en el 69 las chicas ya iban con ropa ligera a las playas y los chicos ya habían inventado lo del botellón y el esnifado en eso que aquí - en la versión apostólica oficial - llamábamos el "Saturday Night Fever" o sea lo que aquí hoy hacen nuestros chicos sin que nadie, ni entonces allí, ni aquí, ahora, nadie le de importancia alguna al asunto por muy preocupante que ello debiera ser. Lo peor, para mi, es cuando mi veterana amiga Leonor y mil ejemplo de alumnos y conferenciados asistentes a sus múltiples charlas, al verme llegar con mi pelo melenoso y revuelto por el viento playero, me pregunta: "¿Tú estuviste en Woodstock, verdad, Enrique?"
La respuesta a Leonor está en el título pero lo que más me impresionó fue esa cara de bobos qie mostraban mis veteranos amigos que admirados por la charla de Leonor y envueltos en sus reprimidos sueños, pensaban y contaban con su mirada - sin decirlo - cuanto se perdieron en su lejana juventud ... sin saber, siquiera, qué eso existía y que en el fondo de su alma lloraban por esa parte de aquella sensualidad pérdida y reprimida, en juventud por un equivocado, o no, concepto de la perversa moralidad de la época que les tocó vivir.
La vida vivida es la que queramos contar ... la real no interesa a nadie y mucho menos a nosotros mismos. Lo importante no es ser o haber sido, feliz, lo importante es creer en ser y haberlo sido.
Que lindo lo que cuentas
ResponderEliminarParece una pelicula
fue la vida
es el hoy de muchos
que lo vivieron.
Yo lo leo
no lo entiendo
pero me gusta... Es como mirar una pelicula que te pued quizas dejar miedos
Feliz dia compañero de letras
Tiempos que pasaron sin que nos diéramos cuenta, en muchas ocasiones, de como eran o como fueron ... quizás nos los perdimos querida poetisa.
EliminarFeliz día amiga Mucha.
Ole por esa frase final ante todo. Magnífico post otra vez.
ResponderEliminarBesos, Enrique
Gracias, celia ... eres una verdadera amiga. Gracias por tu apoyo incondicional.
EliminarFeliz tarde, amiga.
Realmente eres un sabio.
ResponderEliminarAbrazos
Me gustaría serlo, amiga Tracy, pero me encanta que me lo digas, era la ilusión de mi vida.
EliminarFeliz martes
Yo tampoco estuve en Woodstock, ni falta que me hace. Me gusta la vida que estoy viviendo sin tener que llorar por no haber vivido teoricas maravillas pasadas. Para retroceder hasta Woodstock, casi mejor retrocedo un poco más y marcho a leer a la biblioteca de Alejandría antes de que la quemen.
ResponderEliminarPreocupante la afición a la coca y lo rápido que corre sin que a nadie le importe un bledo, Enrique. En este post hay mucha sabiduría, de la buena: de la empírica. De la que se obtiene a través de la experiencia.
Amigo Hokden, me encanta lo que escribes en tu blog y tus comentarios aquí. Pareces una persona tremendamente consecuente y especialmente sincera.No cambies nunca.
EliminarUn abrazo amigo
Amigo Hokden, me encanta lo que escribes en tu blog y tus comentarios aquí. Pareces una persona tremendamente consecuente y especialmente sincera.No cambies nunca.
EliminarUn abrazo amigo
Pues yo no estuve... Y era muy feliz... Se ve que soy un tipo raro...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Bueno, bien pocos han estado allí. Ildefonso, pero como todo, lo importante es decir que se ha estado, estar o no estar no es tan importante.
EliminarUn abrazo, amigo.
La última frase no tiene desperdicio, Enrique. También puede ser que existan cosas que no hayamos vivido pero que no han marcado, han marcado a toda una generación. Un abrazo
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