Fotografía de Yves Lecoq
01 octubre 2016
Ella, una chica valiente, guapa, elegante y divertida tuvo una infancia feliz, pero tuvo un desliz y se quedó embarazada cuanto solo tenía 18 años. Las familias salvaron el honor de la niña casándola con el guaperas que la hizo madre, para luego darle toda la mala vida que pudo. Un mundo de infidelidades la hizo muy infeliz y ese desgraciado se atrevió, incluso, a maltratarla física, moral y hasta socialmente. Pero ese mal hijo de su madre un buen día, tras unos largos veinte años de infierno matrimonial, le hizo un gran favor: Se murió. Una extraordinaria noche de verano mientras él salía del último bar de copas de Benidorm, camino de La Nucia, en una curva su coche se salió de la carretera y murió en el mismo acto. Desde ese mismo día, ella empezó a ser la que fue y la que era, una bella muchacha casi cuarentona, de muy buen hacer, alma de ángel, buena persona y muy, muy divertida ... ella, empezó a ser libre como el viento, como una nube blanca, como un pájaro, ella empezó a ser feliz. Ahora, casi otros veinte años después de aquella bella tragedia ella, desde entonces, vive feliz con su hija y con su libertad ...
"Enrique, no sé si podré enamorarme alguna otra vez, y aunque lo deseo ... no sé, no puedo, me da miedo".
Como decía Benedetti el amor es a veces un paraíso perdido, pero otras, es un infierno de mierda.
enriquetarragófreixes
PUes bien que murió, Enrique.
ResponderEliminarBesos.
Es aparentemente cruel decirlo, amiga Celia, pero en este caso fue una bendición.
EliminarFeliz sábado noche
Sin palabras...
ResponderEliminarUn abrazo
OK, s/p, Tania.
Eliminar¿Y empezar de nuevo?... Eso sí fue una valentía... Lo demás ya vendrá si llega, pero sino, más vale estar sola que mal acompañada, ¿no?
ResponderEliminarUn saludo!!
Totalmente de acuerdo Sonia ... y esa es la actitud de ella.
Eliminar