14 octubre 2016
Tomó su café se levantó y se fue con el mismo balanceo con el que llegó. Había pedido, con cierto acento germano, un café muy caliente que no llegó; dijo que le gustaba ese rincón porque era una fumadora empedernida pero no encendió cigarrillo alguno; dijo que él la abandonó hace un par de años porque un maldito cáncer le robó la vida, y que desde entonces no sabía vivir ... y me lo dijo sin que nadie oyera palabra alguna ... ¿Quieres tomar algo Enrique? - Una voz amiga me liberó de mi inconsciente abstracción sin que aún ahora haya sabido entender por qué esa linda veterana de acento germano y triste sonrisa de ángel, se apareció ante mi y me contó lo que nunca nadie pudo ver ... ni oír. Ahora, cada vez que paso por allí me parece ver su pamela, igual que su tristeza de amor perdido, colgada ahí, en lo alto del lugar donde quise verla.
Si creéis tener un amor, no lo dejéis de alimentar ... quizás, alguna vez, tengáis que arrepentiros de no haberlo hecho siempre.
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enriquetarragófreixes
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