10 enero 2017
Pere, que es hermano de "nosequién" del grupo de parroquianos que acuden a la misa de ocho, se convierte en un depredador de pacientes e incautos rezagados, que a la salida del evento apostólico son cazados por Pere donde allí mismo y sin piedad alguna, les suelta desde lo bien que se encuentra su salud gracias a su dieta, gimnasia y praxis sexual a tope, hasta lo grande que llegó a ser él y su fama cuando dirigía en los 80 y 90 una importante tienda de moda en "Preciados". Alguna Divinidad me dio inteligencia y habilidad para zafarme de él con un "no puedo pararme, Pere, me esperan en el Tanatorio, se ha muerto Tenía y ...", Pere me hizo un gesto de aprobación y un golpe en el hombro a modo de consuelo. Decidí creer, con ello, cada vez creo más, en el Dios omnipresente.
En las verduras, Nadia estaba de lujo, cara roja, ojos brillantes, aspecto terso y ... espectacularmente curvada, y frío a lo Moscú ...
-"Es que la verdura y las frutas con calefacción se estropean".
- Claro, hija mía, pero es que como sigas así tendré que ponerme una piel de oso con calefacción interna a pilas para venir a comprarte lo esencial de mi dieta, querida Nadiuska.
Pero lo esencial, lo sustancial de la madrugada, tuvo que suceder en el Palacio de La Prensa de mis amores, donde nuestro querido Luján, (argentino de pro con nombre de Virgen), nos contó, con esa gracia especial que tienen los de La Pampa para contar las cosas, como se puede ser bueno sin serlo, como se puede ser rico sin necesidad de desearlo, y como se puede ser feliz sin tener que lamerle el culo a nadie. Solo diré que terminó su larga disertación con un cuento final que nos hizo llorar a todos como si de maltratados y vejados ancianos se tratara. Intento resumir lo que nos dijo, lo que nos transmitió, más bien:
"Ella, a pesar de todo, siempre me quiso, nunca desatendí su amor aunque hice lo que yo quise con mi vida y con la suya, pues se trataba de salvar la vida de mi niña. Canté a Gardel, a Cerati, a Sandro, a Calamaro y recité a Borges, a Cortázar, a Alfonsina Storni, a Gelman ... con ello recorrí todo el mundo recaudando fondos para salvar su vida. Buenos Aires, New York, Madrid, Lisboa, París, Ámsterdam, en todas partes eché raíces, me engolfé con la vida pero nunca malgasté ni un solo peso de lo que recaudé y que fui mandando a mi Valentina para que Martina, mi niña, fuera atendida por esos médicos que la podían curar de su EPOF ... una enfermedad rara que afectaba a su crecimiento. Un mal día del invierno del 92 me llamó mi Valentina para informarme que Martina murió a la tierna edad de doce años. No pude soportarlo y aún más cuando, al mes y medio, y sin que yo hubiera sido capaz de ir a verla, mi Valentina murió de un páncreas necrósico al que, en silencio, se olvidó de informar a sus más allegados y mucho menos a su médicos, dichoso mal, el cual, tenía mordiéndole la vida. Esta es mi historia, amigos ... "
Vida y muerte, cosas de siempre en las charlas de los viejos aún muy vivos que cuando las oyes de joven aburren tanto que ni las recuerdas de viejo, (ni las recuerdo), pero seguro las tuve que oír sin prestarles la más mínima atención y yo, recordándolo, me pregunté al irme ... "Cuán joven fui cuando de viejo ni recuerdo haber pensado en que aún lo soy y que ni recuerdo haberlo sido"
Enviado desde S6+Edge
Una historia, de las muchas que tú magistralmente sabes contar y que yo desearía hacer también con algunas que están a mi lado y que no me dejan dormir. Pensar sí, que fuimos jóvenes, que por aquel entonces los problemas parecían no existir y que siguen existiendo, más agravados si cabe.
ResponderEliminarEl corazón no envejece y los recuerdos no son tales cuando los vives día a día. Feliz tarde.
Seguramente vivirlos, amiga Paz, me hace ser capaz de seguir, a mi manera, siendo joven.
EliminarUn abrazo de martes, amiga, ya es el segundo del año ... hay que ver como pasa el tiempo.
Hoy estoy tocada, no sé qué decirte
ResponderEliminarHas dicho mucho querida Tracy.
EliminarFeliz noche