27 abril 2017
Escribir los sentimientos en el espejo que crean las lágrimas del estoicismo moral, del reconocimiento del equivocado amor infiel y hasta del propio arrepentimiento, debiera redimir a cualquier mortal que sinceramente lo hiciere, pero la crueldad del dolor producido en el que los sufre, un extracto de despiadada dignidad y una ancestral negación formativa, no permite que esas ansias se conviertan en algo que lave las heridas que hemos producido en otros u otras. Es curioso ver que el “volver a empezar” con un infiel desconocido, sea más fácil que ante el odiado ofensor. Lástima de vidas perdidas por esa terrible crueldad, error que, aún y siendo irreparable, solo se aprecia con claridad cuando el camino deja ver su próximo final y es justo entonces, precisamente, cando nos hacemos la, aún más, cruel pregunta: ¿Y si hubiera sabido perdonar?
La experiencia cultiva la sabiduría, quizás sea por eso que la vida empieza a llenarse de ella cuando se acaba.
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Buenos días. Con unas ojeras del sueño mal vencido también me he mirado al espejo y le preguntado todo lo contrario que al parecer has podido ver tú. Sin tener heridas que lavar, ni amor infiel que reparar, ni ofensor al que perdonar, por suerte. ¿por qué entonces no me permite seguir, nunca a empezar, de la forma en que presumo, solo presumo, que puedo ser feliz? Mi espejo debe ser cóncavo. La sabiduría llena la vida a medias, solo a medias. Feliz día.
ResponderEliminarAy, amiga María Paz, son preguntas que no tiene respuesta, las veo sin respuesta en otros y algunas en mi mismo. Veo que solo sabemos lamentarnos ignorando cualquier salida pues un muro en nuestra mal alimentada dignidad ... sino soberbia que viene educada desde nuestra formación más incipiente. Perdonar es una facultad que tenemos todos los humanos, saber pedir el perdón y aún más, concederlo, una virtud que poseen muy pocos.
ResponderEliminarFeliz y lluvioso día ... por aquí les amargó la Fiesta de La Santa Faz a los romeros.
Se puede perdonar El problema es
ResponderEliminarOlvidar.Mil besos compañero
Puede ser, querida Mucha, pero eso de puedo perdonar pero no olvidar no me parece posible aunque todo el mundo diga lo contrario. Me contestaron anoche que las heridas aunque se cierren siempre dejan huella y eso siendo verdad, igual que eso de perdonar sin olvidar, es tan natural e innata como la propia condición humana que nos obliga a rechazar el sentido del perdón.
EliminarLo peor, amiga Mucha, es cuando ese "No Olvido" se convierte en odio eterno.
En fin, seguiremos siendo humanos con nuestras virtudes, nuestras redondeces y nuestros pecados.
Feliz viernes
¡Cuantas preguntas esperando contestación....!
ResponderEliminarAyer veía un vídeo educativo en el que consideraban anormal que un chico de hoy a los 40 tenga padres que vivan juntos. Sí, es cierto, hay muchas preguntas sin respuesta por todos los rincones de nuestra Sociedad.
EliminarFeliz viernes, Tracy
Se perdona realmente cuando hay amor... Se que suena muuuy cursi pero no por eso deja de ser verdadero 😉
ResponderEliminarSaludos 🙋
Eso creo yo también, JLO, pero ... al parecer la herida duele más que la fuerza del amor. En fin, un problema que va según cada cual, conozco casos de todos los colores.
EliminarFeliz viernes
Pues hablare de la experiencia de perdonar , Aunque se cierre la herida siempre queda una fea cicatriz visible en cada circunstancia es mejor volver a empezar con otra persona o sola , tarde o temprano aquella espina se convierte en zarzal y entonces si que sientes que has malemplado tu vida
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