martes, 2 de mayo de 2017

Casarse ... ¿Y eso?



Roccacasale es un municipio situado en el territorio de la Provincia de L'Aquila, en Abruzos
( italy)

02 mayo 2017

Mar llana, sol a la altura de los ojos y viento nulo; tres locos veteranos haciendo aguas en la orilla entrando al mar hasta la cintura y Arturo, mientras ambos permanecemos callados, sentados en nuestro banco frente al mar, me suelta la primera frase lapidaria de la madrugada, eso sí, con un comienzo, (de frase), como lo hacen los maridos infieles cuando son pillados en plena faena: "No es lo que parece, Enrique" - se calla durante unos segundos y continúa - "Solo entran para mear en el mar, como hacen todos los viejos, su incontinencia les hace ser unos guarros de necesidad".

Al llegar a la cita obligada con el café de la madrugada - (al Ateneo de mis fogosidades prosáicas reprimidas) - allí hay montada la de las Bodas de Caná, (Canaán para el vulgo), y nunca mejor dicho. Allí había pastitas saladas, canapés de lujo hebreo, chupitos desbordantes de Calisay, Chartreuse, Marie Brizard, y otros lujos de los 60, además de la animada charla y canto de Karaoke improvisado, de La Loli, el Francés, y hasta de Leonor que parecía llevar ya un ratito "tomando", y que hacía gestos manifiestos de otra, otra, y no es que estuviera pidiendo otra canción a la Pantoja o al mismo Julio Iglesias, no, la cosa iba de marcha fiestera madrugadora presumiblemente pasada de rosca. 

Juntando el primer párrafo/escenario con el segundo, relatados, ambos dos, cuasi un palmo catalán más arriba de esta misma carta de Enrique-Expedito a sus followers de toda la vida, toda ella, (esta carta), tiene su valor más representativo cuando al final de la Fiesta Orgiástica de esta madrugada, tenía un final feliz cuando Leandro, (que era el que estaba pagando la fiesta), dijo: "Mirad mi niño, Julianín, (un cuarentón de lujo), por fin se casa ... sí, por fin ha encontrado la horma de su zapato solteril ... se casa, Síiiiiiiiiiiiii" ... y Leandro, dejando al margen su dos de mayo particular, se puso a llorar. Luego, ya en privado ... y con dos cafés de puchero muy recuperadores y de más, nos confesó que su alegría lo era por saberse liberado de él, de su adorable y soltero criaturo, ... qué por fin seremos libres ... "Sí, hay Dios" ... concluyó. Y todos, los más íntimos, nos lanzamos a sus brazos ... como si se tratara de la liberación de un preso o la de un Cristo resucitado ... un abrazo muy fuerte, Leandro ... nos faltó echarle arroz sobre su estampa a modo de feliz futuro ... el que le quede.

Cosas de mis jóvenes veteranos que con cualquier variedad que suponga mejorar lo que les queda nos y les hace feliz a todos ... ya sabéis, son solo cosas de esos olvidados jóvenes veteranos ... cosas de mis amigos.



Enviado desde S6+Edge


6 comentarios:

  1. Me encanta ese final feliz que pones siempre a todo lo que te acontece. Es cierto que hay Dios, pero a veces anda bastante despistado y también más de un dos de mayo. Cuanto daría en este preciso momento por tener algo para celebrar aunque fuese el cumpleaños de mi perro porque sin que me suceda nada extraño, bueno algo hay por ahí, pero hoy la moral anda por el subsuelo y eso en mí ya es raro, pero mañana volveré con mis niños y ya se me pasará. Un beso de martes querido amigo.

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    1. Un fuerte abrazo, amiga María Paz, nunca un paso atrás ... esos niños ¿? siempre niños, dan mucha alegría.
      Feliz ncohe

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  2. Jajajajajaj solo entran para mear!!
    Que pena
    U/n abrazo Enrique

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    1. Pues sí, pues es verídico, pruébalo, verás que cuando andas por la zona de menos agua para meterte en "Lo Hondo" y te cruzas con un abuelo, notarás un calorcillo extraño en las piernas, pues es eso, que se está meando.
      Un abrazo, Toni

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  3. Respuestas
    1. Más vale reír que llorar, amiga Tracy, aunque sea para contar penas.
      Un abrazo de miércoles

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