10 agosto 2017
- Le vi esta mañana, sentado en la barra, estaba hablando con la Loli. Isidoro, que así se llama ese inexplicable fruto de una noche de amor, que a sus 53, tiene casi todos los males dialécticos que se les puede conocer a los humanos, quiero decir, esos males que mucha gente tiene, pero que siempre perduran y nunca acaban rematando al enfermo, como pregona y anuncia el portador de turno del repetido discurso de la farándula cafetuliana y carajillera de las madrugadas de mi vida.
- No hay tío con un carajillo en mano, a eso de las siete y cuarto de la mañana, que no te cuente “lo suyo” con saña y con una insufrible halitosis bien dirigida a tu faz, dejando ese conocido y refrescante, olorcito a Anís del Mono. En mi tierra natal, en mis antesalas diarias al inicio de la jornada en las obras, en la Barcelona de los 70, siempre flotaba en la sala de recreo, (el bar de la Mariona del Paralelo), previo al duro ejercicio de “hacer obra”, ese olorcillo que hoy me ha traído Isidoro a la cara y a la memoria.
- Vivir para ver ... y oler, mientras dure, se pueda y nos dejen.
También los olores perduran, lo mío es el café. Ahora pocos por aquello del insomnio, pero en los tiempos del recreo como dices, varios. Se va pudiendo y por supuesto viviendo con los cinco sentidos, de una forma o de otra mientras el cuerpo y la vida nos deje. Espero y deseo que las nubes se hayan disipado. Buen día .
ResponderEliminareS CIERTO, AMIGA PAZ, A VECES REACCIONO ANTE ALGÚN DETERMINADO OLOR Y MI NEURÓLOGA ME DIJO QUE, SIN DUDA, ESO ERA ALGO DEL SUBCONSCIENTE ... LUEGO ME PREGUNTÓ SI EL OLOR ME RESULTABA AGRADABLE O NO ... NO DISCUTIMOS, SOLO CONCLUÍMOS QUE EL OLOR ERA UN SÍNTOMA.
EliminarUN ABRAZO MUY FUERTE, QUERIDA AMIGA
Es curioso que hasta las cosas desagradables, llega un momento, que producen añoranza.
ResponderEliminarES CIERTO, AMIGA TRACY ... CURIOSO Y ALGO ESTÚPIDO ¿NO? ASÍ SOMOS, MUÑECOS EN MANOS DE CUALQUIER EVIDENCIA
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