miércoles, 23 de agosto de 2017

Ser Padre y a la vez abuelo ... y las cosas que existen



23 agosto 2017


Hablar del Punto de Saciedad en economía en una tertulia culta es como hablar de la Hestevan en la cola del pan. Yo nunca he discutido a un economista, por ejemplo, sobre el porqué de la inflación constante. Es decir, yo persigo una sociedad cuyo modelo económico no sea la del pago con dinero, sino que sus valores se correspondan con otras de mayor valor moral, como por ejemplo pudiera ser el trueque, es decir, con un par.

Pero hoy es casi un día especial y lo del trueque, quizás, adquiere un valor especial, estéril, seguramente, pero especial.

Hace 44 años, (esta noche pasada), me tocaba correr de la barcelonesa casa de mi Barcelona natal a la Clínica del Pilar donde pasada la medianoche tuve una de las mayores alegrías que puede tener cualquier humano, tener un hijo. Yo, desde aquel mismo momento y como hacemos casi todos en esa situación, puse a mis padres en el frigorífico mientras no encontrase tiempo para disfrutar de su vejez. Se fueron y me quedé con mas de la mitad de mis deseos de las cosas que me hubiera gustado disfrutar con ellos, “Mañana les llamaré y pasado vamos a ir a verlos”, decía yo siempre, pero nunca hice lo que ahora descubro que me hubiera gustado hacer. Seguramente será ley de vida, pero es cierto aquello que decía André Gidé: 

“Todas las cosas adquieren importancia para nosotros en cuanto nos damos cuenta de que existen”

, pero lo cierto es que eso, muchas veces, quizás demasiadas, te das cuenta que existen cuando ya no hay tiempo para disfrutarlas.

Ahora estoy yo en esa posición, en la misma que les dejé a ellos, pero con una gran diferencia, conmigo se cumple lo que yo no fui capaz de cumplir.

Felicidades hijo, felicidades, Mamá, hace 44 años volviste a nacer.