Lo mejor de un viaje en el Tranvía: Puedes mirar por la ventana
Me miró, me remiró y una amable señora que iba detrás mío le increpó. Nada peor pudo hacer la buena mujer. Vemos en la TV y hasta en el cine, como la gente in se sienta en el sofá con las piernas dobladas y con los zapatos puestos sobre el tapizado, despreciando la conservación y durabilidad del mismo.
Para ellos, para ese tipo de gente joven, todo es provisional y como la fruta de los árboles, todo se hace sin aparente esfuerzo. Causa perdida, amiga compañera de Bus de ayer, el niño no ve nada malo en poner sus zapatos en la silla de enfrente porque así está mucho más cómodo y, además, ha subido antes ...
La mujer, la que reprendió al chaval de los pies en la silla de enfrente, seguía con lo suyo y me dijo:”No me hace ni caso, no habrá quien le haga entender que ese asiento es para las personas y no para sus pies, a veces me gustaría ser persona, quiero decir con ello que me gustaría que me tratasen como tal”
A todo esto el chaval, clavando los ojos en la señora de las quejas, bajó los pies de la silla de enfrente y cuando vio que nadie se sentaba, volvió a colocar sus deportivas sobre el banco azul, como debe ser, pensaría él, como le habrán enseñado pensaba yo. Al rato la mujer dijo: “No todos son iguales, mis nietos … son lo mejor del mundo” – De pronto, mientras la mujer me hablaba, y no se por qué, me acordé de aquel viejo “dicho” que decía algo sobre el ojo que no ve la paja mas que en el ojo ajeno.
Para ellos, para ese tipo de gente joven, todo es provisional y como la fruta de los árboles, todo se hace sin aparente esfuerzo. Causa perdida, amiga compañera de Bus de ayer, el niño no ve nada malo en poner sus zapatos en la silla de enfrente porque así está mucho más cómodo y, además, ha subido antes ...
- ¿Qué pasa que él no paga su billete como todos los demás?, dirá él
La mujer, la que reprendió al chaval de los pies en la silla de enfrente, seguía con lo suyo y me dijo:”No me hace ni caso, no habrá quien le haga entender que ese asiento es para las personas y no para sus pies, a veces me gustaría ser persona, quiero decir con ello que me gustaría que me tratasen como tal”
A todo esto el chaval, clavando los ojos en la señora de las quejas, bajó los pies de la silla de enfrente y cuando vio que nadie se sentaba, volvió a colocar sus deportivas sobre el banco azul, como debe ser, pensaría él, como le habrán enseñado pensaba yo. Al rato la mujer dijo: “No todos son iguales, mis nietos … son lo mejor del mundo” – De pronto, mientras la mujer me hablaba, y no se por qué, me acordé de aquel viejo “dicho” que decía algo sobre el ojo que no ve la paja mas que en el ojo ajeno.
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Ay Enrique, cuántas veces he sido testigo de ese comportamiento que cuentas. Y, sabes, no le he dicho nada al maleducado de turno. Temes la posible e impertinente respuesta.
ResponderEliminarEso sí, la observación de la señora sobre sus nietos, me hace pensar que en cuanto vea a los míos, voy a recabar su opinión sobre el asunto. Espero no llevarme un disgusto!
Seguro que no, amiga Conchita, con una abuela así no se puede tener nietos "malos".
EliminarUn abrazo fuerte
Quizás fuera verdad, Enrique, quizás sus nietos están mejor educados que los del bus.
ResponderEliminarDifícil pero puede ser.
Sí, Tracy, yo también quiero creerlo
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