La Luz de Cospedal, los asesores, el juez y los enchufados

02 febrero 2018

Pido licencia para hablar, hoy, de la política del enchufismo como es, ha sido y seguirá siendo, la ruina de este País que algunos aún llamamos España.

Aristóteles fue un gran filósofo, adelantado a su tiempo, y que se sepa no estudió nunca ni en Deusto, ni en ICADE y ni tan siquiera fue, nunca, militante del PP. Por eso sorprende la sabiduría de mi querida Señora Cospedal, como le llaman los puristas de su cuerda, la cual, día tras día,  no deja de sorprenderme. Hace ya algún tiempo le preguntaban los periodistas,  no con cierta maldad, (como debe ser), sobre lo de tener que readmitir, por sentencia judicial, a unos tropecientos funcionarios que despidió en el 2012 y, además,  como abonarle los sueldos desde ese glorioso acto del despido. La chica mona les dijo que se lo preguntaría al Juez pues ella no tenía presupuesto para ello. La malicia de la fortuna hizo que otro periodista pusiera el micro en manos de alguno de los afectados, allí presentes, y se lo explicó de una forma clara y concisa: 

"Coja usted la partida que dice ... ASESORES POLÍTICOS,  que es donde yacen esos tropecientos amiguetes de usted, de su marido y del partido, y le cambia usted el nombre para ese fin y como verá aún le sobrará para recuperar esa mierda de recortes sociales que usted intenta aplicar a los, socialmente,  más necesitados" ... 

Bueno, creo que no fue eso, exactamente,  lo que dijo, pero eso es lo que yo quise entender.

Jamás entenderé,  por muy simpático que me caiga su marido, que hasta se cruzó, con eficaz sonrisa, en mi vida profesional,  qué luz ilumina la de estos despojos de la política viva actual,  como lo es la señora Cospedal que al margen de sus  "en diferido" ahora se ha puesto a Ministra de La Guerra y me maravilla, como no, que también entienda de ello ... como de nada. Como le dijo el Juez hace unos años: "Por Dios, quítese los enchufados de encima señora mía", pero ella no puede hacerlo, ella también lo es.

Vale, bien, ya me he desahogado, me he quedado más a gusto que un marrano en un charco, mil disculpas y ahora, ajo y agua, sigamos como estábamos, es decir, ¡¡¡ Viva la Cospedal !!!

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