martes, 1 de mayo de 2018

Una lección de supervivencia

 


01 mayo 2018

Paseando por los caminos de la salud marinera, he tropezado con gusto con alguien con quien ya no contaba. Hace años intentamos enterarnos de como la había dejado esa terrible enfermedad que la atacó sin piedad, le habíamos perdido la pista, los amigos comunes se habían diluido en su soledad y en la, a veces, inexplicable distancia. El caso es que hoy la he encontrado en el andar diario frente al mar, en el escenario mas maravilloso del mundo. Ella estaba ahí, sonriente, con su elegante delgadez, su sonrisa divina y sus celestes ojos: “Hola, como estás” – Así me ha parado y a continuación todo ha sido un torrente de besos y abrazos …
 “Me volví, me volvieron, transparente. Pensé que todo había terminado, mi marido primero me abandonó, decía sentirse deprimido y más tarde, hace un año, murió y murió solo, yo no podía ir a verle y mis hijos no quisieron. Murió en Madrid, en Puerta de Hierro.. Mis hijos viven en Holanda y de vez en cuando venían y aún vienen a verme. Se casaron y ya … dejaron de venir. Ahora los veo por Pascua, ni siquiera por Navidad, me dicen que vaya pero yo no … no me apetecía, ni me apetece. Pensé y pienso, que mi dedicación debía y debe ser levantarme cada día. No sé de donde saqué las fuerzas, pero noté que podía vencerle una mañana en que saliendo de la quimio me dijeron que mi mejor compañera de terapia había muerto, lo supe, fue como una luz … mi final no era ése. El peor enemigo ha sido la soledad, Enrique, luego … no sé, siempre creí y sigo creyendo que me saldré. Ya son tres años de muestras positivas y sin mal … aún estoy en riesgo, pero no importa, sigo luchando como el primer día … ahora empiezo a pensar en volverme a Madrid … aquí no tengo a nadie … nadie que valga la pena … me voy a ir con un chaval de tu edad con el que compartí terapia de rehabilitación durante los últimos meses. Se ha quedado viudo hace seis meses y … no sé … casi seguro me iré a Madrid … no sé.
Ella está guapísima, elegante y feliz, así la he visto. El cáncer, la quimio, la radio y no se cuantas cosas más, no han podido con ella, ni con su innegable espíritu de superación. Gracias Gloria, hoy nos has enseñado un poco mas a vivir a querer hacerlo, por tus ilusiones, por el que vas a hacer mañana y pasado mañana, gracias, mil gracias por ello. Hoy he vuelto a aprender que por todo se debe y se puede luchar, nada peor que el abatimiento interno. La falta de apoyos y alguna que otra insensatez mundana en las cuestiones relacionales de cualquier tipo, son, a veces, cara y cruz de la energía o la rabia, que reaviva la necesidad de la supervivencia.

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2 comentarios:

  1. Pues yo creo en el Karma Enrique, pagamos en vida nuestros errores
    Un abrazo

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    Respuestas
    1. El Karma, vaya ¿tendrá que ver con las medusas de mi barrio natal?
      Jajajaja. Un abrazo simpático y genial Toni

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