Pintura de Henri Matisse
05 abril 2019
- Disculpadme … hoy estuve, como invitado, en un curso/charla, sobre el génesis de la protesta juvenil en una Universidad amiga y aunque me aplaudieron, lo hicieron más por aquello de que les haces llorar por lo que podrían ser más que por lo que les cuentas … son jóvenes, un mal que el tiempo, con suerte, acaba curando.
- Les hablé de la genética del ego, del trandescentalismo y de ideas sencillas sobre los conceptos primarios tales como la ignorada fidelidad, el altruismo, y hasta del propio idealismo inmaterial.
- Aplaudieron, sí, mucho, pero lo mejor fue cuando una de las jóvenes y atentas oyentes, al final del circo conferencial y retórico, se me acercó y muy sonora y hasta soberbiamente me preguntó: “¿Que ha querido decir usted con eso de Idealismo Inmaterial?”.
- No le contesté como merecía, claro, no lo hubiera entendido, solo le dije: “No te responderé porque aunque lo sabes, lo ignoras. La inmaterialidad es algo que solo se concibe cuando no hay deseos tangibles. Dentro de cuarenta años lo comprenderás y entonces, si aún hay aulas donde hacerlo, lo cuentas tú a los veinteañeros de la época”.
- La cara de la soberbia niña al intentar devolverme un "nosequé" he entendido, y lo era en todos los sentidos, para pintar, tomando a ella como modelo, un cuadro de Matisse.
Genial, como siempre.
ResponderEliminarGracias Tracy ... "son tus ojos"
EliminarFeliz sábado
Eres un crack amigo Enrique. No sabía de tu faceta como orador
ResponderEliminarVUelvo a repetir aquí en tu blog mi alegría de volver a conectar contigo
Un abrazo
Gracias Toni, voy mejor, con menos plumas, pero mejor ... (aún me quedan algunas para frontar alguna batalla más).
EliminarUn abrazo fuerte