miércoles, 11 de septiembre de 2019

Subir la cuesta del amor


11 septiembre 2019


Esperaba, sin más, es decir, me sentaba allí, en el banco de la Plaza de La Sagrada Familia y esperaba que pasase el Bus. En este tampoco va y así varias horas cada día. Había días en que ella no iba en ese bus, pero otros sí y entonces …

Luego subía la cuesta hasta el Hospital de San Pablo, andando hasta casa, agotado pero feliz, claro y ella, Paquita, me decía: “Subes la cuesta del amor, hijo, eso es lo que te pasa, no te canses nunca de hacerlo”.

Pasaron los años y al final me di cuenta de que las gilipolleces que haces cuando eres casi un niño, no lo son tanto, a medida que vas creciendo, en años y en intelecto emocional. Es como lo de hacérselo encima cuando eres un bebé, luego se repite a medida que te vas encorvando. Hoy subo la cuesta como entonces, más sereno, más despacio, pero igual que lo hacía entonces aún y en modo imaginario, con emoción, ahora  serena, pero llenándome de ella por todos mis poros.


 Va por ti

1 comentario:

Este blog comparte contenidos con otro de mis blogs a modo de copia de seguridad, el uno del otro, hasta el 24 de febrero de 2023

https://enriquetarragofreixes.wordpress.com/