12 febrero 2020
- Hoy me levanté así, (como mi amigo el de la imagen de arriba, perversa y ya algo caduca, como ambos), con una voluntad deseable ... sí, se trataba de intentar ser feliz y yo te deseo , os deseo a todos, lo mismo, intentarlo no es fácil, pero desearlo es imprescindible ... ¡¡¡Te deseo, os deseo, un muy feliz miércoles!!! ... pero ...
- La voluntad de ser feliz al salir de casa era firme, toda una promesa, que no una profecía, y de pronto Agostiño, el de Ourense, entra por la puerta grande del Ateneo y mientras todos se levantan a su paso y con vítores, muy de moda, de "Sí se puede", "Sí se puede", yo, por contra, observo en él un habla carraspeante, unos ojos hundidos hasta conseguir la oscuridad ocular y de un cuerpo erguido que fue, a la ahora versión de un adorable Quasimodo, con ojos en crisis de lagrimal en lluvia, un andar vacilante y pantalón colgante en ausencia total de esbeltez y estética en su vestir, cual fue, otrora, su mejor carta de presentación. Seis años luchando contra un cáncer de pulmón, quimio, radio y ahora, la inmunoterapia, lo han llevado a este vitoreado escenario.
- Sentarme cerca de Agostiño, escucharle, sentirle, me ha hecho bien. Él, en su forma de sentir el momento, se levantó cuatro o cinco veces, a darme un abrazo con la excusa de ... "dame un abrazo Enrique, que el próximo no sé cuando podrá ser", y yo, tan feliz de que lo hiciera. No sé si me escuchó, ni siquiera sé si me reconoció por completo, pero me dijo algo que me hará de ello un siempre feliz recuerdo del momento vivido hoy: "Enrique, no te canses, no te esmeres, nuestro tiempo es el que es, no luches contra lo imposible, sólo disfruta cada segundo de tu vida, la que te quede y te dejen vivir, no te olvides nunca de hacerlo ..."
- Y así gané mi nueva mañana de hoy, no hubo Misa, ni Rosario, ni guasas sobre políticos de opinión cambiante, no, hoy solo hubo el sabor al deseo y a la amistad profunda de un ser, que como Agostiño, solo quisiera eso, poder vivir ... vivir bien, sin males, sin dolores, sin sufrimiento, solo vivir, pero a sus ochenta y cinco solo sabe dar gracias a lo vivido y como dice bien ... "Viví de PM, Enrique, pero aún pienso vivir mejor durante todo el tiempo que me quede".
- Y yo solo supe decir: "Amén".
La vida es eso: vivirla. Y cuánto tiempo? No lo sabemos, de ahí su magia.
ResponderEliminarSAludos.
La magia de la vida, así es Manuela.
EliminarSaludos
A tu amigo ¡, dale por favor un beso de mi parte con un ¡ole!
ResponderEliminarSí, Tracy, sí. Le daré todos los que pueda.
EliminarUn abrazo para ti