Fotografía de Murad Osmann
11 febrero 2020
- Hoy me despertó el fuerte subidón de persiana de la poco amable vecina de mi pared con pared, dormitorio con dormitorio, tras una larga noche de amor juvenil, (la suya, dados sus enormes alaridos), o algo parecido.
- No obstante no me levanté de mal humor y ahorro contar aquí el "porqué".
- Por tanto, y sin abrir los ojos, aún, me situé en las últimas imágenes que ayer tarde vi en mi baúl de fotografías para el archivo, sí, así, bien cogidos de la mano para afrontar ese bello camino que nos espera en un lugar, eso sí, sin precisar ... en otro caso el amor, en su ausencia, acabará en el saco del olvido de nuestra existencia mundana.
- Había una vieja canción que decía "hablemos siempre de amor, aún y no correspondido".
- Había otra, con un mayor y venial mensaje, que decía ... "por favor, no hablemos de vivir, hablemos de amor ...", ¿Entonces qué?
- Entonces vivamos este momento, formal, pecaminoso y a veces infiel, por presentarse en sueños muy reales, pero aspiremos al próximo, siempre con ese amor al que nunca debiéramos renunciar ... a veces basta con extender la mano hacia el otro lado de la cama, sentir su piel y dedicarle todo ese sentimiento que en tu alma rebosa.
- No obstante, entenderlo, hacerlo fácil y posible, eso es otra cosa. Por tanto, hagamos ese necesario esfuerzo para quien aún tenga fuerza para ello, vivamos el momento y dejemos que el viento marque el destino que nos espera ... y recemos para que nuestra mano sepa encontrar el destino que busca un corazón perdido en la oscuridad de los sueños.
