15 agosto 2020
-Tenía un mal sueño pero no era realmente malo, lo que era malo es que fuera un sueño.

-Después, en el siguiente sueño, me puse a escribir: “La vejez me ha enseñado a olvidar aunque no a perdonar y eso que parece difícil de digerir y hasta de entender, no lo es tanto cuando desde el olvido ya no hace falta perdonar. La vejez nos vuelve sabios … y olvidadizos.”

-Pero finalmente, viéndome sentado encima de un flotador, con la pierna embadurnada de blastoestimulina apoyada sobre un banquito de cuero verde, se me abrió la ventana de la esperanza leyendo a Cortázar: “La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose. ¿Qué quieres? El amor pide calle, pide viento, no sabe morir en la soledad.”
-Y yo cambié de sueño, de escenario … y de rezos.

-Dicen que es el tiempo, pero no es verdad, es el amor el que lo cura todo.
Deja lo de la vejez cuanto mas lo repitas mas se te pega. Aunque se que envejecer no me gusta. Creá en tu mente cosas pasionales con quien te guste
ResponderEliminarEl deseo y las ganas te harán olvidar lo que estés pasando y no se lo cuentes a tu mujer
besitos
Ay, querida Mucha, nada te puedo contar, solo el día del juicio final lo haré.
EliminarUn abrazo muy fuerte mientras sigo con esa sonrisa en cara que me ha dejado tu comentario.