domingo, 16 de agosto de 2020

Esperando buenas nuevas que no llegan, pero llegarán




Fotografía de Johan Joubert

16 agosto 2020

Tientas la suerte y hasta te enamoras de la muerte. Pasan los años, las esencias vitales se esfuman y hasta las ganas de buscar un objetivo empiezan a difuminarse en el cuadro del horizonte que programaste a los 20. Te sientes controlado, la movilidad en crisis y las formas en el cementerio. No siempre existe un fin programado, quizás, pero me encanta creer que esta vida tiene algún sentido. No sé, todo es posible, sí, incluso cuando no juegas a la lotería, claro, o eso quiero creer. La suerte, aunque siempre me ha acompañado discretamente, parece la solución de los mediocres y, no, no quisiera abrazarme a ella continuamente, prefiero seguir esperándola en cada esquina, como siempre, en busca de algo más, en busca de esas nuevas emociones que, sin duda, irán llegando …

2 comentarios:

  1. Esperemos esas buenas nuevas lleguen. En los mitos siempre estaba la esperanza, al final.
    Abrazo grande Enrique!

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    Respuestas
    1. Esperanza ... no nos queda otra, amigo Frodo. Resiliencia, ahí estamos.
      Feliz martes

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