3 enero, 2021 por
03 enero 2021
-Llevo varios días, quizás semanas, que me cuesta encontrar algún motivo para escribir, para describir lo que vivo y para notar ese calor que produce hacerlo.
-¿Dónde quedó la inocencia? ¿Cuándo la perdimos? ¿Cuándo y cuánto, necesitamos ser amados para amar?
-¿Es necesario tener que oír todos los días ese grito generalizado, callado y subliminal que se oye en todos los medios de comunicación? …
¡¡¡Vais a morir todos, el virus y vuestra necedad lo hace imparable!!!
-Muchas preguntas sin respuesta y un sudor frío empieza humedecer mi cuello y mi pecho.
-Como siempre desperté a tiempo y alguien, desde el único otro lado de mi cama y de mi vida, supo contarme algo al oído que me hizo sentirme vivo, por fin. Me susurraba esa vieja canción de Hervé Vilard, Mourir ou vivre … y nos pusimos a cantar:
Faut-il mourir ou vivre
Quand on a du chagrin
Faut-il mourir ou vivre
Je ne sais plus très bien
Répond moi je veux vivre
D’avoir auprès de moi
Faut-il mourir ou vivre
Pour que l’amour ne nous quitte pas
En estos casos es lo que hay que hacer.
ResponderEliminarPUES SÍ, AMIGA TRACY, CANTAR ESPANTA LOS MALES. JAJAJAJA
EliminarUN ABRAZO DE LUNES
Es triste esta situación amigo Enrique, yo ya no quiero pensar en eso, mi esposo y yo mejor reímos y el se pone a cocinar y yo a tejer. Vivamos el hoy que es lo único que tenemos. Saludos.
ResponderEliminarNo me hagas caso, Sandra, la Navidad me pone triste por lo que ya no están y la alegría de otros años que proporcionaba ver a mis nietos e hijo, este año no ha podido ser por culpa del confinamiento. Discúlpame.
EliminarFeliz lunes.