22 septiembre 2021
– Hoy, evocando a ese ilustre bloguero de nombre Ernesto, no me sentía nada imaginativo y no se me ocurría nada a la hora d escribir algo que fuera mínimamente leíble o cruelmente criticable. Por eso hoy nada contaré del rezo de las ocho, ni mis relaciones con la sufrida Capitana del Santo Rosario, ni de la Misa de nueve, ni tampoco de las aventuras de mis amigos del Ateneo, no, solo describiré como me he dedicado a confeccionar mi plato favorito en mi imaginaria cocina de lo que, incluso virtualmente, no debiera ser imposible:
Recoges los sentimientos, los cocinas al vapor de las esencias de tu nostalgia y les das un toque de calidad con esa salsa que solo tu alma sabe dar a todo y a todos aquellos a los que quieres, y los envuelves, una vez en su punto, en ese mismo papel de plata que abrazaba esa rosa rosa que le regalabas cada tanto a tu Madre con cualquier excusa. Luego abres los ojos te sientas en el sofá y te das cuenta que sería suficiente motivo de vida verlos allí, a tu alrededor, te basta con sentirlos cerca, con escucharlos y todo eso sucede sin que ellos lo sepan jamás. Mientras tanto, sigues ahí, pensando y deseando, que algún lejano día todos ellos puedan sentir lo mismo que yo siento con y por, ellos.
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¡Qué bonito, Enrique!
ResponderEliminarCon tu permiso, me quedo tu receta, con la intención de degustar ese exquisito plato que nos propones.
Eres un poeta, no cabe duda.
Me gusta cobijarme al amor de tus letras.
Gracias.
Eres un encanto. Gracias, Maripaz
EliminarAsi es Enrique ,esa es la mejor receta , vivir cada dia en y para ellos, los de aqui y los de allá, los del cielo y la tierra, los que de alguna manera completan cada uno de nuestros dias y lo hacen mas feliz, mas llevadero, mas amoroso..lo sepan o no... para todos los que contribuyen con nuestro estado animico en la forma que sea, el beso, el abrazo, la palabra adecuada, la contencion, el refugio, la risa, el amor, la amistad, los gustos similares, la posibilidad de aprender algo de cada uno de ellos, el disfrute.. Por eso te quiero tanto en la distancia y eres parte de esa receta .. Besos agradecidos.
ResponderEliminarGracias, querida Eli. Me gusta que te guste. Erizaste mi piel.
EliminarSaludos de otoño y un abrazo muy fuerte.
Es difícil de cocinar, pero lo intentaré.
ResponderEliminarA veces, basta con intentarlo ... dejarse llevar por las emociones, amiga Tracy, como tú misma haces cuando nois cuentas en tu blog tus recorridos y tu forma feliz de vivir la vida.
EliminarUn abrazo fuerte.
Es una de mis canciones predilectas. Y solo tienes que utilizar la imaginación y el amor que te rodea a veces uno no se da cuenta de lo afortunado que es. Te mando un beso
ResponderEliminarCoincidimos, Judit, esa canción me emociona, siempre, la oiga por el gran Milanés o, en esta ocasión, por una intérprete que no conocía. Es la canción.
EliminarUn abrazo fuerte.
Preciosa receta, amigo... Impregnada de sentimientos...
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Ildefonso. Son deseos que maduran con la edad, enormemente deprisa.
EliminarUn abrazo fuerte, artista fotógrafo.
¡Me ha encantado la receta Enrique! Pasito a pasito a por ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ese es el camino, Mara, gracias. Esa sensación la he ido adquiriendo con los años, es un deseo que vi en sus ojos y ahora voy sabiendo lo que Él pensaba cuando me miraba.
EliminarUn abrazo otoñal, Mara.