viernes, 8 de julio de 2022

Lisa, cara de niña, su sonrisa y la vida

Imagen de Andrés Cañal

08 julio 2022

- Ayer, en mi visita al Hospital, me di cuenta que a la gente le falta alegría y aunque el lugar no es para andar bailando fandangos de Huelva o arrearle a los cantos regionales, lo cierto es que noto esa falta de alegría por y para lo que los humanos fuimos concebidos. 

- ¿Qué nos pasa? ¿Se nos olvidó que vivir es un regalo?

- Para redimir a toda la humanidad de mi entorno, vi y me enamoré de una enfermera con cara de niña, que luego me contó que tenía 26 años, que repartía sonrisas, bondad, amabilidad y disposición por atender a todo el mundo. Le pregunté como podía estar de tan buen humor en ese ambiente hospitalario y mucho más en esta época donde la pandemia amarga el presente y el futuro de muchos. Me contestó de una forma sencilla: 

"Porque me gusta lo que hago y porque no entiendo otra forma de concebir la vida, no hay pena, no hay dolor, no hay tristeza posible, si entendemos que se nos ha regalado el mayor don que se puede dar a cualquier persona que nace: La vida".

- No puede evitarlo, me levanté y ante su su sorpresa, le di una gran abrazo, terminado el cual le dije: 

"Me alegra que pienses así, aún eres muy joven, pero las penas y los años acaban amargando la vida a mucha gente".

- Y ella me replicó, al tiempo que se despedía con una gran sonrisa en su linda cara y ojos llorosos:

"Me casé hace tres años, mi marido murió con los primeros infectados del coronavirus en el 2020, hace dos años, y yo sigo aquí luchando y dando apoyo a todo aquel que lo necesite. A él le hubiera gustado que yo fuera así, como siempre fui".

- Estuve unos minutos recapacitando, impresionado, en y por lo que me dijo ese joven ángel hospitalario y pensé que no tengo, no tenemos, derecho ni a quejarnos, ni a olvidarnos de estar agradeciendo  a cada momento lo que tenemos. 

- En la puerta del ascensor y mientras esperaba que este llegase, pasó mi ángel hospitalario tirando de una silla de ruedas llevando a una mujer de mi edad que reía complacida con la conversación que la angelical enfermera le daba. La miré, le sonreí y le dije: "Adiós, ángel" - Ella me contestó: "Mi nombre es Lisa" - "Yo, Enrique".

@etarragó



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18 comentarios:

  1. No se puede vivir la vida, desde otro ángulo que el de la alegría.

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  2. Que dulce enfermera diferente a las que trataba cuando mi papá estaba enfermo. Pero ella tiene razón uno debe concebir que la vida es un regalo. Te mando un beso.

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    1. Así es, Judit, no todo el mundo muestra la misma disposición a la hora de tratar con el público en general. Lo de ayer, mi encuentro con Lisa, una bendita casualidad.
      Un abrazo.

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  3. Waaaaooooooo amigo. De esos ángeles hospitalarios tengo gratos recuerdos... Y de varias ocasiones!
    Todo el relato es gratificante! Su respuesta, su razón de ser en esta vida, un regalo.
    Casualmente ayer reflexionaba, un posible texto a publicar, ya descartado a la vista de esta realidad tuya, sobre el hecho de que para que "te lluevan flores", antes tienes que sembralas tú...
    Y esto enlaza con las primeras palabras de Lisa. ¡Ella!
    Fuerte abrazo Enrique.

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    1. Gracias, Ernesto, hay días que se le agradece a la casualidad haber encontrado en el camino diario a personas de tan noble espíritu como Lisa.
      Un abrazo, amigo Ernesto.

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  4. Qué linda historia!
    Sin dudas Lisa ama su profesión, y sabe que de nada vale enojarse con la vida y agarrársela con el prójimo.
    Fuertes y sonoros aplausos a todas las Lisas que van de forma anónima por el mundo.
    Un abrazo amigo Enrique

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    1. Eso es, dulce Lu, creamos que hay y habrá. siempre, muchas personas como nuestra Liosa. No perdamos la esperanza.
      Un abrazo fuerte.

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  5. Hola Enrique!!! Creo que en otras oportunidades y en relación a otros textos te he mencionado que en mi vida priorizo la alegria y el buen humor..Hoy despues de leerte , lo reinvindico.. Reir, ser amable, servicial, atenta/o , no significa no tener problemas/ tristezas, sino todo lo contrario, agradecer que todo ello, forma parte de "estar vivos"..
    "Estuve unos minutos recapacitando, impresionado, en y por lo que me dijo ese joven ángel hospitalario y pensé que no tengo, no tenemos, derecho ni a quejarnos, ni a olvidarnos de estar agradeciendo a cada momento lo que tenemos. ".. hubiese hecho tu misma a similar reflexion.. Bien por esta niña que aun en su dolor y pérdida, puede brindar amor a aquellos que lo necesitan..Definitivamente , uno da, lo que lleva dentro...simple... Besosssss y gracias por estas maravillas. Gran lunes

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    1. Gracias, querida Eli, tuve ayer mucha suerte, tropezar en un mundo hospitalario con una persona como Lisa, es un regalo.
      Creamos que hay muchas más como ella (como Lisa) y aleccionemos a quien pueda o quiera escucharnos a que sean como ella.
      Gracias a ti, siempre, linda poetisa.

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  6. Impresionante, amigo. Es cierto, por lo que nos dices, que los angeles existen...
    Un abrazo

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    1. Sí, cada vez creo más en ello, Ildefonso.
      Abrazo de lunes.

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  7. Enriquecedora experiencia la vivida, y de la que puedo dar fe, por las muchas veces que he tenido que acudir a este tipo de centros,de que los hospitales están llenos de ángeles como Lisa, aunque de vez en cuando te encuentres con un ángel caído, que mejor olvidar. Porque, haberlos haylos, también.
    Gracias, Enrique, por tu buen hacer.
    Un fuerte abrazo.

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    1. No, el buen hacer es el tuyo. No dejes nunca de escribir, Manuel, tu página anima a muchos a seguirte.
      Un abrazo.

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  8. Excelente imagen y de la historia que nos cuentas que puedo decir, bravo, saludos y feliz verano.

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    1. Gracias, Jesús. Que sea un gran y feliz verano para ti, también.

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  9. Hola, Enrique, creo que, pese a todo, todos tenemos suficientes motivos para agradecer ese regalo tan único como maravilloso que es la vida, cierto que en los hospitales suele desaparecer esa alegría, no obstante, incluso ahí, la alegría debería estar presente aunque sea un poquito. El caso de Lisa, ¡es inaudito!, realmente un ángel con cuerpo de niña-mujer. Un caso que espero de corazón no sea aislado. Su historia en tan corta edad resulta triste, sin embargo ha encontrado manera para sonreír a la vida y hacer de la de los demás una bendición. Que el Universo la bendiga y siempre tenga paz su Ser.

    Me ha encantado entrar a leerte, ha sido motivador, y mucho... son esos casos que te hacen reflexionar y amar más lo que tienes, un ejemplo a tener en cuenta y a ser posible, a seguir.

    Enrique, encontré esta publicación en Bloguers.net, el mundo sigue siendo un gran pañuelo de colores. Un abrazo veraniego, amigo.

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    1. Gracias, Mila, me encant´´o tu comentario y tus generosas formas de contarlo.
      Un abrazo.

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