28 marzo 2023
- Subía montañas muy altas y atravesaba estepas y desiertos, arrasando poblados y cuarteles de todos los malos malísimos que se ponían al alcance de mi espada, pero, eso sí, sin sangre, como en las películas de príncipes, princesas y lacayos cachondos y orondos.
- Saltaba del caballo sin caerme y comía patas de cordero asado de un bocado, a lo bestia. Bebía vino como los Reyes de las películas de los 50, es decir, con copa de oro y dejando que el líquido rebosara por mi ropa, luego la copa se echaba al fuego, como hacen ahora los políticos que tienen cuentas en Suiza. De pronto un par de besos suaves y una voz en la penumbra que me susurra al oído: "Enrique, arriba, nos esperan a las nueve en neumología".
- Me quedé sentado en el borde de la cama y aún no muy despierto recapacitaba sobre mi estado intentando constatar si estaba despierto o si seguía soñando. Me pellizqué en la pierna buena y sí, me dolió (qué bestia soy-pensé), me levanté, abrí la ventana del dormitorio y miré al infinito lejano y me dije: Prefiero imaginar, la realidad es siempre menos divertida, aunque es sabido que los sueños siempre corresponden a un deseo no realizado.
- Miré hacia el paseo y no vi ningún caballo atado a árbol alguno. Estornudé... "Enrique, vos es ligatum" - me dijo mi otro yo. Pues sí, pensé.
- Me pareció oírle: "Te diré un gran secreto mi amigo, no esperes por el juicio final: pues tiene lugar cada día." ... de Albert Camus.
El juicio más duro es el de rendirnos cuentas a nosotros mismos. Conocemos las verdaderas razones de nuestras acciones.
ResponderEliminarUn beso.
Así es, Ilduara, la conciencia, esa es la que nos castiga nuestros malos actos si no somos capaces de redimirnos.
EliminarUn beso.
La imaginación puede ser nuestra gran aliada cuando el dia es pesado. Te mando un beso.
ResponderEliminarAhí, comparado contigo, soy un simple aficionado, escritora. Tú imaginación desborda a todos los que tenemos la suerte de leerte, Judit.
EliminarUn abrazo.
Hay sueños de los que uno no quisiera despertar.
ResponderEliminarEse que detallas es de los buenos.
Saludos.
Era perfecto, TS, tanto que todavía sigo buscando si dejé el caballo en algún sitio.
EliminarFeliz tarde, compañero.
Una gran frase amigo.
ResponderEliminarGracias, FB. Intento hacerte la competencia, pero no llego a tu nivel.
EliminarFeliz jueves.
Jajaja, Enrique, menuda sueños guapos te traes...
ResponderEliminarUn señor caballero en estado puro.
Pega mucho con tu espíritu, con tu esencia de hombre luchador.
En sentido figurado, son muchas las batallas ganadas, o perdidas, que de todo habrá, a estas horas de tu vida.
La buena conciencia es necesaria para estar en paz con uno mismo.
Abrazos, querido, Enrique.
¡Cuanta sabiduría!
Gracias, Maripaz, eres muy amable, has podido comprobar, serenamente, que estoy de atar.
EliminarUn abrazo muy fuerte
Camus que buena almohada. El infierno y el cielo son aquí. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarAsí es, Carlos, así es. Cuesta entenderlo, pero lo aprendes.
EliminarUn abrazo
Enrique, tú si que ¡sabes soñar "a lo grande! jajaja
ResponderEliminarPor si acaso, si yo fuera, seguiría buscando al caballo.
Abrazo y -ahora sí- hasta mi regreso.
Gracias, Dulce Lu, pensaremos en tu viaje. Pásatelo bien.
EliminarUn abrazo.
jajjaajjajaajaja...
ResponderEliminarAbrazos Enrique.
Lo entendiste, bravo, como no.
EliminarFeliz noche, Ernesto.