Esta mañana, temprano, en Playa San Juan - Alicante
24 marzo 2023
- Ir en su búsqueda y bien temprano, hace que me sienta como si el mundo nunca fuera a terminar.
- Me paro antes de llegar a él (al mar), y con él sus dos amados y eternos compañeros, el sol y la LH (línea horizonte).
- No me hablan, susurran y se pelean por ser uno más bello que el otro y por hacerse entender.
- Escucho, no doy un solo paso, disparé mi cámara, el chasquido hizo que una mujer que estaba detrás de mí exclamara: "¿Los ve? ... ¿está usted bien? me ha parecido oírle hablar con alguien".
- Puse cara de ser que está poseído por los dioses y le dije: No los veo, los siento.
- "Usted no será ..." - replicó.
- Sí, soy yo - le dije a esa extrañada señora que me miraba con cara de estar viendo a un loco, a un violador de momentos inalcanzables, a un iluminado, a un extraterrestre en crisis o a un diputado que va de regreso de una noche de meretrices.
- La mujer siguió su camino, pero detrás mío había un grupo de chicos con cara de estar terminando la noche. Uno de ellos se acercó y me preguntó: "Viejo, ¿tú sabes dónde...?". "Cuidado, tiene pinta de poli retirado, Biel" - dijo una hermosísima y joven niña (parecía quinceañera), que estaba tras el tal Biel.
- Es curioso observar a cierta edad como cambian las costumbres que se practican para ser feliz, para unos la belleza los abraza al observar el amanecer y para otros, el mismo y bello resurgir del día es el ocaso de su particular, despreocupado y siempre interminable desenfreno.
- Hoy recordaré, en mi descargo, al gran escritor y político argentino, Domingo Faustino Sarmiento que dejó escrito lo que, quizás, todos aquellos que escriben, piensan: "Escribo como medio y arma de combate, que combatir es realizar el pensamiento".
Nuestra arma, la escritura, bien lo dice Sarmiento de más abajo de mi país. Enrique, si los jóvenes no se compadecen de los bellos fenómenos del amanecer, aún quedamos nosotros. A mi, porque en las tardes me salía a ver rodar el sol de los venados, loma abajo, encendidos en la belleza de fuegos, me decían algunos, "qué guevón es usted. Vamos a tomarnos unas frías". Un abrazo, en este calor que nos derrite. Carlos
ResponderEliminarQué bien y bonito lo cuentas, Carlos A. Me encanta
EliminarUn abrazo desde inicio de primavera en el hemisferio norte.
Que placer sería compartir contigo un té, café, bebida, agua o tu sola presencia que es más que suficiente, Enrique, es tan rica tu mente que me pone en equilibrio sin darme cuenta.
ResponderEliminarAbrazo inmenso
Gracias, MdN, me anima saberlo.
EliminarUn abrazo muy fuerte.
¿Eres consciente de la suerte que tienes al vivir al lado del mar? Piénsalo.
ResponderEliminarAsí es, amiga Tracy, he perdido algunos cargos en mi carrera profesional (perdí) por culpa de no aceptar destinos sin mar como Madrid, por ejemplo. Vivo al lado del mar porque ahí nací y ahí quiero morir.
EliminarFeliz noche, Tracy. Acuérdate de levantarte a las dos de la madrugada para adelantar el reloj
A mi me gustan ambos tanto el amanecer como el atardecer. Pero ve mas seguido el atardecer. Lo que uno debe es seguir maravillándose del bello mundo que tenemos y nos destruirlo. Te mando un beso.
ResponderEliminarQue bien lo cuentas, Judit: "Lo que uno debe es seguir maravillándose del bello mundo que tenemos y nos destruirlo".
EliminarFeliz sábado, escritora.
La línea del horizonte, vista frente al mar al amanecer, es todo un canto de libertad.
ResponderEliminarUn beso.
Sí, Ilduara, es una visión del infinito.
EliminarFeliz noche.
Al que madruga Dios le ayuda...
ResponderEliminarEsa foto es "divina"!!!
Saludos.
Madrugar siempre ha sido mi castigo y mi devoción, el problema es cuando, también, trasnochas, TS.
EliminarUn abrazo, compañero.
¡Bellísima imagen! Y eres un afortunado amigo al poder verla cada mañana, o ir hacia esa playa en el momento que te den las ganas y presenciar tal inmensidad.
ResponderEliminarBeso
Así es, dulce Lu, soy un afortunado, no tengo queja de nada, solo quiero mantenerme en esa situación, ser feliz.
EliminarUn abrazo.