28 septiembre 2023
- Tenía ganas de dar una vuelta ...
... pero mirando hacia el techo del mundo, me di cuenta de que el día no se había, ni tan siquiera, lavado la cara para verme.
- Le reté (al día)...
... y metí el coche en el lavadero de La Goteta.
- Volviendo hacia La Playa me enfrenté, nuevamente, a esa curva ...
... en la que una mala noche, de madrugada, quitó (o se quitó), la vida a un buen amigo y compañero, al que ese mismo día despidió la empresa a una semana del día de Navidad.
- Pasé por delante del Ateneo, pero no paré, se me hizo tarde ...
... escribió Camús que "Veo a muchas personas morir porque juzgan que la vida no vale la pena vivirla. Veo a otros morir paradójicamente por las ideas o ilusiones que les dan una razón para vivir (lo que se llama una razón para vivir es también una excelente razón para morir). Por lo tanto, concluyo que el significado de la vida es la pregunta más urgente".
- Nunca podré entender que haya gente cruel a la que le falte humanidad en el trato a otras personas, pero aún menos que otro ser puede decidir acabar cuanto la vida es tan bella. Ni a unos se lo podré perdonar nunca, ni me reprocho yo bastante no haberle podido ayudar a resistir como debía yo haber hecho esa noche y no pude por estar de viaje. Maldito viaje.
Es triste a donde puede llevar la desesperación. Un beso
ResponderEliminarSí, Susana, son momentos que pueden acabar con una vida sin remedio alguno.
EliminarUn beso.
La vida es el camino más hermoso por el cual caminamos a diario y, si bien no está exenta de: piedras, espinas, trocitos de vidrio, barro, aun así, es un sendero maravilloso. Comprendo en algunos que por enfermedades extremas ya no quieran más. Es su decisión y es respetable, pero mientras un rayo de esperanza ilumine esa vida, adelante.
ResponderEliminarAbrazos estimado Enrique
Gracias, Tatiana. Lamentarse de la muerte quizás deseada de un compañero y amigo, no es lo más eficaz para resolver su ausencia, pero ayuda.
EliminarUn abrazo fuerte.
Me gusta lo que dice Campus, porque pienso igual que él.
ResponderEliminarCoincidimos, como no, Tracy, así es, una gran verdad.
EliminarDespedir a alguien días antes de la Navidad es cruel.
ResponderEliminarParece una venganza bárbara...
Las leyes laborales no deberían permitir...
Realmente Enrique, tal curva no es nada agradable...
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La crueldad humana no tiene límites, Majo.
EliminarPor eso curva debo pasar para ir a casa y aunque evito pasar por ella, ya ves, sigo pasando. Mejor afrontarlo.
Un abrazo.
Ay Enrique!!!! Sabes que yo siento que si solo existiese ese cielo...ese mar.. esa naturaleza toda... la vida valdria la pena ! Y ni digamos si a ello se le suma un amor, una mano amiga, seres bellos, ya sean familia o no...personas que hacen que nuestra vida tenga mas color cada dia, personas que a veces hasta sin saberlo nos ayudan a sobrellevar los dolores ... Mucha tristeza da pensar en la gente que elige no vivirla , y no me refiero solo a los que se quitan la vida(decision que tampoco tengo en claro si es valiente o cobarde), sino a los que mueren cada dia sin haber aprendido nada , sin valorar absolutamente nada, a los hipocritas, a los que aparentan ser felices y nunca han ido en busca de la verdadera felicidad..Creo que esa es la peor forma de morir... Tu sigue viviendo como lo haces cada dia, siendo un ser necesario para tantos!!!! Abrazooooo gigante y feliz viernes!
ResponderEliminarGracias, querida Eli. Tienes razón, toda, resulta inexplicable que sigan muriendo gente sin conocer la belleza de una vida feliz. La vida es tremendamente bella y, ya sabes, el mayor aprecio que observamos los que deseamos vivirla es inversamente proporcional al tiempo que nos queda por disfrutarla.
EliminarUn fuerte abrazo, luchadora sin tregua y reina de la empatía.
La vida es bella . Te mando un beso.
ResponderEliminarUna afirmación que comparto, amiga Judit.
EliminarFeliz viernes.
Ayy amigo! Veníamos bien con las fotos, el auto en el lavadero hasta ¡esa curva!
ResponderEliminarEs tan inhumano despedir a alguien en pleno diciembre y con certeza no ha sido tu amigo el primero ni el último que ha pasado por ello.
¡Así son los grandes corporativas! Las personas sólo son números.
Nada tienes que reprocharte Enrique, contra el destino no se puede luchar. No tiene sentido.
Mejor recordar a tu amigo en los buenos tiempos y en las risas que habrán compartido.
Y en lo posible, evitar esa curva...
Más tarde regreso. Tengo que salir ahora
Abrazo
Siempre recuerdo muchos de los pasajes de mi vida y algunos me llegan por ver o frecuentar lugares de mal recuerdo. Nada nuevo, dulce Lu, la vida es como es y no pregunta cuando, ni como debes actuar, ni cuando, por eso hay recuerdos que, por crueles, no puedes olvidar.
EliminarGracias, amiga, siempre ayuda tener un hombro donde apoyar las penas.
Un abrazo muy fuerte.
Quien está decidido a hacerlo, lo va a intentar en cada oportunidad que tenga, Enrique, eso me quedó claro con una amiguita que después de su tercer intento fallido porque estuve acompañándola, parecía que todo iba bien y en un bajón de un segundo, lo hizo. Yo misma tuve un intento hace muchos años, tendría quince, el médico que me atendió (un extraño) me hizo valorar lo maravillosa que es la vida, como venga.
ResponderEliminarTu ciudad es bonita, tu familia es bonita, tú eres bonito, que no te envuelva la tristeza.
Gracias, Maia, sólo son "bajones", hoy por hoy, vivo una vida muy feliz a pesar de mi falta de movilidad.
EliminarUn abrazo, linda y joven bloguera de lujo.
Con la misma "exactitud" en que un novio se dirige andando hacia la iglesia donde ya le espera la novia para casarse, pero en un instante una pequeña mota de carbón viene volando y se le posa en el cuello de la camisa blanca, dejándole la consabida mancha, mota que proviene de una árbol que, caído y enterrado, se ha ido transformando en carbón a lo largo de miles de años...
ResponderEliminar¿Si no hubiese existido el árbol años ha, transformado en carbón, y si una minúscula mota no hubiese sido arrastrada por el viento y, volando volando manchar la camisa del novio justo el día de su boda, hubiera sucedido lo que sucedió?
Sin ese árbol no hubiese habido esa mancha.
¡Todo sucede porque ha de suceder!
No cabría, a mi modo de ver, amigo Enrique, reproche alguno por tu parte por algo que no podías evitar.
¿Sucedió? ¡Sucedió!
Gran abrazo. Feliz finde!
Consuela tu comentario, Amigo Ernesto, es solo esa maldita curva la que me hace recordar. Tu relato sobre la pequeña mota de carbón, muy convincente. Gracias, he aprendido mucho contigo, Ernesto.
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