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08 diciembre 2023
- Antiguamente se decía que hace falta toda una vida para aprender a vivir, pero cada vez que la oigo o leo, entonces mi tendencia al absurdismo se va reforzando sin que yo mismo me dé cuenta.
- El resultado de esa teoría del aprendizaje es que cuando ya te las sabes todas (por viejo), te toca cambiar de mundo. Parece absurdo, ¿verdad?
- El mensaje que no trasladaba esa gran película cual era y es "El curioso caso de Benjamin Button", nos lleva a reflexionar sobre él: ¿Sería menos absurdo vivir nuestra vida como propone el guionista de la película que la que vivimos todos los seres vivos en este planeta?
- Se lo conté a mi querido Párroco tomando el café 80/20 (mezcla de descafeinado y natural) de la madrugada ... casi me excomulga.
- Luego, pasados unos largos segundos y una vez se tranquilizó, mi confesor cafetero, madrugador y buen amigo, me dijo: "Te olvidas de lo importante, Enrique, aquí venimos a amar, a que nuestras almas crezcan, a ser felices y a cumplir una misión que Dios nos encomienda a cada uno. Si cumples serás premiado, si no sabes o no quieres hacerlo, serás castigado".
- Lo miré con cara del que está viendo a un divino, brillante y singular extraterrestre y le dije: ¿Tomamos otro igual?
En esta ocasión amigo mío voy a disentir en algunos puntos.
ResponderEliminarEn principio, no creo que uno/una haya aprendido TODO por llegar a determinada edad.
Creo que aprendemos hasta que nos llega el último suspiro. De hecho, aprendo mucho de la gente joven. Y, por cierto, en algunas cuestiones que pensaba que eran como yo decía -o como me dijeron que eran- luego he cambiado de opinión.
Tampoco creo en los premios y castigos tal como lo dice tu querido amigo el párroco.
Sí es cierto que cuando finalmente nos jubilamos, cuando ya criamos a nuestros hijos y/o hijas, cuando al fin podemos disfrutar de viajes o de hacer lo que se nos venga en ganas, es justo cuando empezamos a tener menos energía o algún "achaque" de salud.
Pero ahí va el aplicar nuestra sabiduría, dar una vuelta de tuerca a la situación y encontrar la manera de seguir disfrutando con nuestras pequeñas grandes cosas, con nuestras pasiones y con la gente de nuestros afectos.
¡Feliz viernes la nuit!
Y que tengas un apacible finde
Abrazo
Gracias, dulce Lu, debo confesar que de mi no disientes pues estoy totalmente de acuerdo en lo que me cuentas. Ni importa la edad, ni la condición, la sabiduría está en cualquier cabeza, solo se hace más visible con la expoeriencia y, ah, con lo que diga el cura (mi amigo de casi toda la vida), pues ya sabes, mi médico me dijo hace unos años: "Enrique, si sabe rezar, rece" y cuando le pregunté por qué, me respondió... "por si sí".
EliminarNo disentimos, solo lo expresamos de otra manera.
Un fuerta abrazo, dulce Lu y, ah, anoche fue una gran noche, gracias.
Cada uno ve la vida a su forma. Solo debemos vivir y dejar vivir. Te mando un beso.
ResponderEliminarVivir y dejar vivir, eso es, amiga Judit. Eso es, demasiadas veces, una losa que nadie repara, su incumplimiento, un mal muy extendido.
EliminarUn abrazo, Escritora.
Espero que la hayamos cumplido. Un beso
ResponderEliminarSí, se cumplió, Susana.
EliminarFeliz noche.
Oye, Enrique, qué estimulante diálogo, aún siendo tan corto. Sientan bien esas bebidas al calor de lo que uno escucha sorprendentemente... Me agradó mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eres muy amable, Teo. Mi jerga actual anda algo decadente pues tengo demasiados amigos y familiares muy cercanos con grandes problems de salud y hasta he tenido bajas, eso me está afectando, casi con toda seguridad.
EliminarUn fuerte abrazo, Teo, y gracias por tu comprensión
Con muy buen humor. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarUsted sí que sabe, amigo Carlos Augusto.
EliminarUn abrazo.
Observo que el "otro igual" no produce lo mismo en ambos...
ResponderEliminarEn ti prima la cordura, la sensatez, el saber, y en él la exaltación "divina".
Y eso sí que parece estar fuera de lugar, lo del párroco,... a estas alturas de la vida... :)))))
En fin, con su pan se lo coman.
Gracias por entretener el finde.
Abrazos amigo.
Eres grande, Ernesto, siempre sin desperdicio en tus comentarios, sabio amigo.
EliminarUn fuerte abrazo desde el final de un triste domingo.
La verdad es que no tengo la mas minima idea de que hacemos aqui... Lo del parroco, eso de los castigos y los premios, lo veo un poco inusual en estos tiempos. Que venimos a amar, suena muy bello...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
El futbolista está para marcar goles y que su equipo gane, el cura hace lo mismo con lo suyo, Ildefonso.
EliminarEl absurdismo es tal cual lo contaba Camus.
Un abrazo maestro de la fotografía.
Es un dilema curioso y tampoco entiendo la reacción del Párroco, yo creo que ser feliz y cumplir la misión que cada uno tenga se puede hacer igual empieces por dónde empieces. Tampoco hay tanta diferencia entre la vejez y la niñez, si lo miras como un época en la que no eres productivo como trabajador y tienes más tiempo para observar y comprender. Y hasta se le puede ver una ventaja a lo de empezar al revés, cuando llegas a la juventud, que tienes todo el vigor posible, tu cabeza está muy amueblada y es más probable que des lo mejor de ti ji,ji.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Tienes razón Ana, en cualquier caso, el misterio de la existencia es, bien pensado, un algo tendente a lo absurdo.
EliminarUn abrazo.