16 diciembre 2023
- Hubo un tiempo en que vivir era algo muy sencillo, donde hacerlo y hacerlo sin tantos límites y prohibiciones como en este avanzadísimo mundo digital en el que vivimos era el mayor y mejor modo de ser feliz.
“Y me permito hacerles un ruego: si en algún momento tropiezan con una historia, o con alguna de las criaturas que transmiten mi libros, por favor créanselos. Créanselos porque me las he inventado”. (Final del discurso de Ana María Matute al recibir el Premio Cervantes 2010)
Las cosas cambian amigo. Saludos
ResponderEliminarQué razón tienes, querido Enrique!!!
ResponderEliminarDonde esté la sencillez, la naturalidad, la espontaneidad, la calidez, la experiencia de vivir siempre será mucho más grata y enriquecedora, a todos los niveles.
En este mundo masificado, es difícil disfrutar de lo natural, y las repercusiones suelen ser serias, también a todos los niveles.
Pero este avanzadisimo mundo digital también me ha permitido conocerte y leerte, y eso es algo impagable, amigo mío. Así que , de eso, concretamente, no me voy a quejar.
Un enorme abrazo, querido amigo!!!
Espero ir teniendo más tiempo para visitarte. Y hasta para publicar algo, que llevo un mes en secano.
Me he fijado en la imagen, en esa navajilla y el tocino...
ResponderEliminarMe saltaría ahora mismo todas las prohibiciones.
Tienes razón. Te mando un beso.
ResponderEliminarNo sé qué es lo que cortas pero qué bonita fotografía, Enrique .
ResponderEliminarHubo un tiempo... Pero me gusta lo digital; y permite la apertura, Enrique
Retrocedimos en naturalidad y espontaneidad, en frescura y en ideas propias y distintas. Tiene mucho de peligroso el pensamiento único acompañado de la idea de información diversa; yo la llamaría dispersa.
ResponderEliminarUn beso.
¡Cierto amigo!
ResponderEliminarHubo un tiempo...
Y sigue estando. Basta con no sentarse a la mesa donde se juega al parchís/"digital", para no verse afectado por ello.
Fuerte abrazo Enrique. Bonito domingo!
Todo era sencillo. Un beso
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