Tiene lo que se merece, o …

 

 

a cada cual lo suyo

 

 

 

08 marzo 2009: 

Un buen amigo promotor Inmobiliario, tan mayor y tan majo él, me preguntaba el viernes que como iban las cosas. No podrían ir mejor, le contesté, ahora es tiempo de trabajar, de meditar, de ingeniar y sobre todo, de trabajar. Se quedó mirándome con la misma cara que aquél que ha visto a un loco hablar en un seminario de economía para ilustres. Hay que reconocer que la frase se las "llevaba", o llevaría, de calle a todas al huerto.

Lo peor, (aunque luego fue lo mejor), fue, que el hombre insistió, pues me tiene en mayor valía de la que tengo y aspiraba a que yo le diere opinión sobre lo que al final, muy a pesar mío, acabó contándome y yo arrepintiéndome de haber intentado esquivarlo:

"Mira Enrique", me dijo, "patenerlo", (sic), en el banco prefiero hacer casas, una promoción pequeña, eso si, pero hay que hacer ladrillo útil, ¿y eso que es?, le pregunté, pues una promoción pequeña, unas 16 viviendas, muy céntrico pues ahora los solares están "pacomprarlostoos", (sic), que la pongo en marcha ahora, que, entre pitos y flautas, la voy a terminar dentro de tres años y con eso ya me planto al final de las crisis y he concluido con un beneficio superior al que me pueda dar cualquier banco.

Para eso hay que tener dinero, le dije, pues los bancos es difícil que te arreglen la economía de futuro para negocios así. "Posclaro", (sic), me replicó, no mucho pero tengo y los bancos aún me persiguen, no como antes, pero aún me buscan.

Bien, entrando en conclusiones tengo que contaros que aprendía varias cosas en mi conversación con este amigo promotor:

• Se confirma que no es necesario ir a la Universidad para ser un líder o un rey de la economía.
  
   
• Es importante, siempre, pedir la opinión de los que piensas que saben, aunque no tengan NPI. Con ello corroboras que nadie sabe de tu negocio más que tu mismo, pero de paso aleccionas a los demás, cuando es el caso, como lo fue el viernes conmigo.
  
   
• Por último, algo que aprendí de mi querido Agustín, escucha siempre a aquellos que saben más por viejos que por sabios que dicho de otra manera sería; normal y afortunadamente, siempre hay gente que sabe más que tu de aquello que te crees el más sabio.

 

No obstante, lo peor fue que otro Promotor que escuchaba atentamente lo que "el viejo promotor" contaba, y que formaba parte del corro de atento oyentes, dijo; claro es que tu tienes dinero y no "te estás comiendo con patatas los pisos que tengo terminados como me pasa a mi", (sic).

Luego averigüé que el atento oyente "de las patatas" era un Exempresario del calzado que invirtió si fortuna en el negocio inmobiliario y si al principio le fue bien, acabó con él entre las cuerdas de los Bancos, como muchas otras moscas que al pastel acudieron atraídos por su aroma embriagador. De esta última opinión saqué también otra buena conclusión:

"Seguramente, cada uno de los tenía lo que se habían merecido", ¿no creéis?

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