24 septiembre 2009:
En el rutinario, y diario, diálogo matutino con Mi admirada y querida Directora Profesional y Espiritual de "mis centros", comentábamos hoy, al mundo que nos quisiera oír, que las parejas de hoy se quejan de la falta de alicientes que les proporciona la vida en común y lo poco agradable que ello resulta, pues acaba convirtiéndose en una poco cautivante rutina.
Al ver cada día, a las mismas personas, y a la misma hora, hacer las mismas cosas, confirmamos que la vida es una rutina, pero que esa rutina se convierta en un agradable modo de vida, es sólo responsabilidad del actor.
Ante la inexpresividad del resto, he mirado a La Directora, prieto su pecho contra el mío y, cómo cada día, morrazo en labio embebido en el "hastaluego" de siempre, deseando que esta rutina dure mil años.
La vida es una rutina, SÍ, que se convierta en una dulce rutina es cuestión de cada cual. Dependerá, tan sólo, de como quieras vivirla.
Y ahora voy a por mi rutinario café de cada día.
LA rutina puede cambiarse si se quiere pero nadie garantiza que la nueva no sea tambien rutinaria y quizas mucho menos placentera que la primera ,
ResponderEliminarTienes razón, Griselda, hay rutinas y rutinas. Yo me quedo con todas o, a veces, con ninguna.
EliminarYa sabes, día a día, minuto a minuto, a cierta edad y en mi estado, ya no puedo aspirar a más.
Feliz viernes