miércoles, 7 de abril de 2010

Las Escaleras de La Fe … de Valencia

07 abril 2010

Hace pocos meses, en la visita a mis amigos de la “oficina” de Neurología de La Fe de Valencia, me tocó bajar un largo tramo de escaleras en la zona de accesos y yo lo estaba haciendo como me han enseñado; de lado y pie a pie, uno detrás de otro sobre el peldaño siguiente, pero apoyando siempre los dos en el mismo antes de iniciar el siguiente. 

Es una técnica agotadora pero muy válida para fortalecer la musculatura proximal inferior y, por encima de todo, muy segura a la hora de evitar caídas. 

Cuando empecé a hacerlo, me refiero a lo de bajar de lado, hace ya casi tres años, me parecía que todo el mundo me miraba, ahora, aunque algo siempre queda, ya me hace poco o nada hacerlo, es decir, no me da vergüenza alguna hacerlo a mi modo. 

Pues decía que bajaba esas larguísimas escaleras de La Fe cuando delante mío había una niñita de unos tres años que estaba haciendo lo mismo, pero por la barandilla contraria. Cuando me estaba acercando a ella, ella se volvió y ante mi sorpresa aceleró su ritmo de bajada hasta que se fue poniendo claramente por delante. Comprendí enseguida de que se trataba y empecé a hacer fuertes resoplidos teatrales a la vez que aflojaba el paso.

Al llegar le dije bravo, bravo, me has ganado, eres una campeona y le di un fuerte abrazo. Al levantarme, una emocionada chica de unos 30, abrazó a la niña y me regaló una hermosa sonrisa de ángel envuelta en lágrimas de gratitud que yo no supe aceptar sin disimulo y sin ponerme a llorar como un tonto tan pronto como me metí en el lavabo mas próximo.

Hace pocos días me volvió a pasar lo mismo con otra niña de la misma edad y más próxima… y volví a meterme en el cuarto de aguas más inmediato.

Recibido de mi amiga Carolina:


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