miércoles, 16 de junio de 2010

Directivos basura




16 junio 2010
Ya he dicho muchas veces, incluso aquí, que una de mis grandes decepciones profesionales, a lo largo de mis casi cuarenta años tratando con el pelo del poder, o intentándome arrimar a él, es y ha sido,  notar su soberbia, su narcisismo, su egoísmo y su mediocridad, a medida que me iba acercando más a él. Hay algunas excepciones en cargos mas cercanos a la trinchera, pero en las alturas yo solo podría salvar a uno de los primeros y al último de los tratados. 
La mediocridad, amiguismo e interés personal adornó a la mayoría de sus ad-lateres y enturbió muchas opciones de viabilidad de muchas de las grandes operaciones que presencié, solo, o tan solo, por cuestiones en el que la rentabilidad no andaba en el destino adecuado. Hoy todos viven de PM, me refiero a los de arriba y a los ad-lateres, y sus empresas ya las vendieron o no existen pues fueron, necesariamente, absorbidas por otras, aunque ya nadie se acuerde o a nadie le importe.
También es cierto que no conviene generalizar y hay algunas excepciones que también he hecho “aterrizar” en esta página y que conviene magnificar para uso docente, pero eso será otro día. 

Es difícil, a veces, salir a explicarle a un grupo de alumnos o de sufridos “escuchantes”, cuestiones sobre el buen hacer de las actividades profesionales, por si solas, o las del empresario profesional, cuando no paras de oír que los directivos de las grandes empresas, preferentemente, cuidan más su bolsillo que el de sus empleados, lo cual no debiera ser muy criticado si se van cumpliendo objetivos y resultados previstos. Pero lo grave empieza, o continua siéndolo,  cuando esa clase selecta se lo lleva a costa de los accionistas en un momento en que los resultados no son el principal aval de su gestión, como es el caso de la mayoría de las empresas del Ibex35:



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Al cierre de 2009, el número de miembros de la alta dirección de las compañías del Ibex ascendía a 502 (514 en 2008). La retribución media se situó en 699.000 euros por cada consejero, lo que representa un incremento de 3,5% sobre el año anterior. En conjunto, las cotizadas españolas repartieron entre sus consejeros la friolera de 350 millones de euros.
  
Hablamos de que esta sociedad requiere una urgente reposición de toda su clase política ¿pero alguien duda de que no deba hacerse lo mismo con la clase empresarial que ejerce de oficio?

Feliz día a todos, menos a ellos, no por nada, es que no les hace falta.

3 comentarios:

  1. Son los mismo "perros" (no se me ocurre otra comparación) son distinto collar,,,,,,,,,,,

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  2. El problema es doble: la existencia de "directivos basura" implica la generación de unos "empleados basura" que aprenderán que para subir en esas empresas no es necesario ser bueno y hacerlo bien: basta ser un pelota y complaciente con el poder establecido.

    Y esto ocasiona un cáncer en las compañías muy difícil de extirpar aún cuando hayas despedido a esos directivos: ¿cambiarías al 40% o al 50% de una empresa?

    El daño que hacen es muy profundo porque sus efectos devastadores permanecen mucho tiempo en las organizaciones...

    Un abrazo

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  3. Gracias Anónimo, no lo hubiera nadie matizado mejor.

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