14 junio 2010
Esperando que mi “matabichos” acabe con algunos troyanos que no se muy bien como, pero entran en mi PC como nieto por mi vida, me he acordado de muchas y muchas cosas que en un pasado muy cercano acabaron con la vida de un buen amigo “du la France” que frecuentaba nuestras misas con arrogancia y buen tino, hasta el punto de ser mas devorado que la propia “forma”. Murió como vivió, solo, de un infarto ladrón que se lo llevó de madrugada, aunque muchos digan que se lo provocó. Dio todo por sus hijos y su “dejada” pero ese fue su error, les dio todo pero nunca les dio amor, ni pudo, ni se dejaron. Se fue con otra y nunca se lo perdonaron. Se equivocó y lo pagó, la vida no le fue fácil.
De él aprendí muchas cosas, tantas, que hasta se me olvidaron casi todas, pero una me la ha recordado hoy mi amigo Ramón con un corto y atrevido pps que demuestra lo mucho que se puede decir con muy poco.
Te acompaño en el sentimiento.
ResponderEliminarLo lamento.
Un abrazo
Gracias argy. Pasó hace ya algún tiempo pero, aveces, no lo puedo remediar y lo veo en el escenario de mis sueños.
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