23 junio 2010
Dado el clamor popular surgido con la historia de mi paseo por el centro de Alicante, alrededor de las Hogueras, en cuanto a no creerse que no haya hecho mas fotos que la de los Simpson, aquí dejo algunas, que, no siendo para premio para mi es como si lo fueran dado el esfuerzo realizado para conseguirlas.
En ellas no se ve lo importante de la fiesta. Ver a los papás con los niños berreando en una mesa de la Barraca de Hernán Cortés, dándoles de malcomer, o a aquel otro Papá, todo ejemplo, con su bolsa de pipas en mano, escupiendo al mundo como un triturador andante las cáscaras piparias por doquier, o a la Señora Antonia, delante de la Hoguera del Mercado, diciendo: “Amb els diners que aixo val, mes valdría que o gastasen en la pensió del vells”.Si te metes por la la Calle Sagasta, ves que lo de Las Ramblas de Barcelona tiene una copia aquí, en cuanto a la mezcolanza de razas se refiere. Más allá, en plena Calle San Fernando, una Vito viejísima, pero bien cuidada, se planta en medio de la calle y de ella sale un chino que te mira con cara de; “¿Qué pasa tío, por qué me miras? – Y es que lo miro porque en el lateral de la furgoneta pone …“Supermercado Tal, 365 días, 24 horas” – y Maribel, muy aguda ella, como siempre, va y me dice; “Qué quieres, trabajan como chinos”.
Sorpresa; “El Marítimo de San Fernando está abierto” – Ahí, en el Marítimo, me tomaba yo unos excelentes y endiosados aperitivos de marisco y “companaje” de lujo, en los 80 con mi querido Juan Antonio García Solera, ¿Será lo mismo hoy? – No lo sé, no puedo pararme, la Gestapo me vigila de cerca. Sigo y me planto en la Hoguera de Correos, es excelente, la de mayores y la infantil. Una inglesa que se cuela y se quiere subir a la carroza de los Simpson, la echa, casi a besos, un fornido ejemplar de “barraquer”, pues la señora tendría unos 30 y otras cosas muy a la vista. Le explicaron que la cosa es de cartón y que la noche del día de San Juan, del 24 al 25, lo queman y que por tanto por muy buena que esté ella, de salud, la carroza podría romperse. La inglesa no se lo explicaba; Do they burn it?
Al final de La Rambla, hacia el mar, han montado en el medio de la calle unos “baritos” de lujo, donde el olor a asado, pescado frito y verduras a la plancha quitan la salud a cualquiera. No os lo perdáis, esto está solo empezando, ayer fue la leche, pero hoy ya ni se puede uno imaginar la que se monta.
Pero lo mas emocionante es atravesar Conde Vallellano a la altura de la Casa Carbonell, junto a Peret, hay un semáforo que solo da veinte segundos para pasar y lo marca como si de una prueba olímpica se tratara, por lo que la gente, cuando aún en rojo, arranca la cuenta atrás de los 10 segundos para que se ponga verde empieza a cantar lo primero de las canciones de Pérez Prado, pero al revés; “Diez, nueve, ocho, ….” y zas, cuando se pone verde sales a toda leche a cruzar la calle y aunque no lo consigo en los 20 segundos permitidos, me salva que somos muchos los que no lo conseguimos. Llego a la Hoguera del Puerto y esa es una maravilla, todos apiñados en la valla, como para caerse al mar y no hay forma de hacerle una foto de cuerpo entero, es muy alta, muy ancha y yo ya estoy muerto.
Regreso al Parking de Navas pero por el camino me desmayo de hambre, pero tengo la suerte de que mi querida maribel y un recepcionista guapísimo, me invitan a entrar en un precioso local de Castaños donde conseguimos, casi en soledad, a las 9 de la noche, cenar como dioses, es decir, poco, bien y sin ruidos. Viendo la placa que hay en la Casa donde nació Gabriel Miró, me pongo a pensar si esto, lo de hoy, él lo hubiera resistido, o quizás lo que le pasó es que no quiso verlo y por eso murió joven, quien sabe.
Lo cierto es que la gran fiesta empieza, cada día, a partir de las 11 de la noche, o sea que …
Muerto pero no vencido, quizás deba meditar sobre por qué disfruté tanto de estas fiestas hace treinta años y por qué ahora no puedo encontrarle el punto de felicidad que requiere hartarse de desfiles, baile, montaditos y copas durante cuatro días sin parar. Quizás sea que cada cosa tiene su tiempo, pero ver a tanta gente y de toda edad, pasárselo tan bien será por qué estas fiestas son inmejorables y yo, cuando las pude disfrutar, hice como ellos, “me puse hasta las cejas de casi todo y sobretodo, me puse a morir por estas Fiestas de Hogueras”.
Excelente relato personal de la realidad de las hogueras en nuestra ciudad,,,,,,,,,cuanta razón tienes.
ResponderEliminarUna delicia como siempre.
GRACIAS ARGY, HA SIDO UN MOMENTO DE DEBILIDAD
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