Vivir en “Hogueras” de espaldas al mundo real

23 junio 2010 

Con las dificultades habituales de movilidad que para mi supone salir a dar vueltas donde hay un millón de personas ansiosas de placer y ganas de olvidar, me atreví a hacerlo alrededor de las Hogueras de San Juan de mi Pueblo querido, Alacant mon amour.

Ver que la crisis hace mella en casi todos los escenarios de la vida real, no tiene nada que ver con las Hogueras, los Monumentos fogueriles han mermado en tamaño, según creo, pero también en calidad, pero lo que no decae es las ganas de celebrar esa especie de Botellón Colectivo que supone la Fiesta en sí. Al igual que sucede en Murcia con las de La Primavera o en Pamplona con los Sanfermines, aquí la gente se lanza, botella en mano y chorisso en la otra a pasárselo de PM, pese a quien pese y aunque mañana se arrepientan de todo, que collons. Esto dura casi una semana y … alegría “palcuerpo”. Ver a no se que muchachos tan simplones y zoquetes haciendo lo que veo y oigo, por donde vaya, me dan ganas de decir lo que Ignatius de LCdlN: En Bien del futuro de la Humanidad ojalá sean todos estériles. Pero ese pensamiento es solo un desliz, quizás el deseo debiera elevar el punto de mira.

Ver que matar a tu señora porque llega tarde del trabajo y no te hace la cena a tiempo solo cuesta 10 años de cárcel, o que, por mucho que me lo expliquen, no entiende nadie lo de la Reforma Laboral, o que aunque el Presi Ripoll se suba el sueldo 2100 € no pasa nada, ni nadie sale a manifestarse por ello, o ver que los partidos, sindicatos y representantes de la patronal,  no se renuevan mas que por contagio o herencia, todo ello, junto al alarmante descenso de la natalidad, empieza a ser un síntoma de que esta sociedad igual no es aquella tan democrática que nos prometíamos en el 78 y que empieza a mostrar síntomas evidentes de desencanto y de descomposición.

La gente está lejos, muy lejos de los problemas de la clase política y de todo lo que suponga creer en algo, quizás por ello, cuando llega la hora de “emporrarse” con algún motivo, bien sea porque es viernes la nuit, o que son Las Hogueras de San Juan, o que Juan se ha comprado un “Seat León”, decidimos darle al Cantueso, al calimocho o al Güisqui a morro, hasta que consigamos olvidarnos de todo. La felicidad que da darle al pueblo putas, circo y vino, es bueno de momento, lo malo es que después da resaca e ignorancia.

Yo, desde luego ni me apunto a lo que denuncio, ni tampoco a justificarlo, pero me temo que alguien debiera hacer algo y lo peor es que no se ni qué, ni quién, ni como, pero yo seguiré intentándolo aunque, incluso los más cercanos, empiecen a llamarme, ya, “cebolleta”.

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