10 septiembre 2010
Ayer noche, por error, envié un correo-e “a algunos de mis privilegiados amigos”, pero cometí el error que se comete a cierta edad, cuando los dedos no aciertan en la tecla adecuada, y envié el correo-e a una querida amiga que se dedica a cosas de la política en mi ciudad, con el consiguiente lío que ello pudiera provocar, si ello fuese posible.
Me apercibí de “la cosa" cuando vi el “leído” que me envió, automáticamente, su servidor de correo-e. Vaya, me dije: pensará que soy un panoli y todas esas cosas que se te ocurren cuando te sientes descubierto en tu mas “estúpida” intimidad y le mandé una nota-e pidiendo disculpas, pues el correo-e lo había enviado a su puesto de labor, y empecé a pensar en el choteo que se habría ocasionado, aunque quizás no tanto como el que se habrá formado con el que le mandé a mi amigo César, del Sabadell, hace poco, cuando le envié algunos pps picantes, de esos que me mandan mis amigos mas cachondos, pero que lo hice a su dirección-e en el mismo Banco y me contestó; “César está de vacaciones, por lo que remitimos el correo-e recibido a su director de Zona por si fuera un asunto urgente”.
Toda esta inenarrable historia, lo es porque la tal amiga, desde su mismo pc de labor, contestó a mi correo-e de disculpas con un: “Precioso pps, Enrique”. Ya ves, la gente, siempre te sorprende.
Dedicado a un amigo que fue:
FIDELIDAD
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