17 febrero 2011
Se me fue el alma tras ella y llegué hasta el mar. Allí me reencontré, me senté, me mojé los pies, quise limpiar mis andares y en ello estoy aún, veinte años después, decía un viejo que estaba al pie del Alfín contemplando el mar.
Si, hoy me he ido a la Playa de la Albufereta y en el recorrido me he ido extasiando de placer y de vistas hasta que me he vuelto a enamorar del mar.
Un día con cielos extraordinarios, bellos y amenazantes, han hecho que me fuera volando entre ellos, con mi cámara, desde la Plaza de Sergio Cardell hasta la Playa de La Albufereta pasando por la punta del Alfin, lugar para mis amores soñados y punto de partida de mis cuentos dejando volar mi imaginación hacia el infinito. Es un recorrido lento, como los pecados propios de la imaginación, venial y transparente. Un enorme lujo.
Cuando vuelvas por alli, no olvides mirar a mi ex-edificio (La Hormiga)y lo saludas de mi parte.
ResponderEliminarEl caso, argy, es que no la ubico en el terreno
ResponderEliminar