Cohonestar la vida profesional con la familia es y ha sido, siempre, un reto, aquel que es capaz de hacerlo consigue larga vida y no hablo de evadir la muerte.
Hay cosas, hay gestos que, día a día, se convierten en imprescindibles para conseguir ese estado de gracia que nos hace mas fuertes, mas sensibles, nos hace útiles y con ello nos inicia en el camino de la felicidad y del pleno empleo, como me dice uno de mis ilustres cafetulianos de hoy, a lo que yo añadiría, sin duda, "y mas vieja nuestra estabilidad en el amor".
Dentro de esas felices "gestiones" que hay que hacer cada día, que lo es tanto como oír la diversa realidad que ofrece la misma noticia en boca de los Buruaga, Francino o Herrera, es la de tomar un café en el lugar adecuado y en su momento, que pueden ser varios, los momentos, claro está y como debe ser.
Hace ya muchos años, cuando ya mis heridas de guerra profesional empezaban a no curarse, decidí que mi café 1, el primero de la mañana, me lo preparara Pepito Ros. Su música de fondo, sus comentarios, su forma graciosa de enfocar las noticias del día, su abrazo y, por encima de todo, su bendición, hicieron de mis días una constante obsesión por mejorar, por ser mejor, por ser como él o, al menos, por ser como él se mostraba. Esas pequeñas cosas y muchas mas, claro, le daban vida a mi quehacer "diario", mi Diario, pero el café 1, el lugar y Pepito, resultaron y resultan, imprescindibles en una vida que, tras muchos años de entrega a ese estilo, puedo asegurar que es cierto, esa es la vida, ahí está la vida, en esas pequeñas cosas, esas que, a veces, no sabemos que existen o que nos pasan sin que nos demos cuenta.
"Párate y observa la vida, hijo, o te pasará como a mi" - tenias razón Papá.
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A mi me ocurre lo mismo que a ti con Pepe Ros, en este caso con la lectura diario del Blog,,,,,,,,,,
ResponderEliminarComo siempre dices, "no dejes de hacerlo nunca".
Feliz fin de semana!
Gracias, argy, eres muy amable. Feliz fds, también, para ti.
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