El Cambio del Modelo Productivo y las oficinas de la CAM, por decir algo.

19 mayo 2009 y 2011

Hace ya dos años escribí este artículo, que estaba basado en un hecho real, vivido en carne y que me exasperó tanto que llegué a creer que este modelo actual, el que las grandes empresas utilizan en su esquema estructural y en su organización productiva, iba  a acabar con todas ellas de inmediato, pues no se podía, ni se puede, entender tanta ineficacia. Hace pocos día era mi querido descendiente el que me confirmaba con sus lágrimas profesionales el asunto: “Papá, les llevas una venta, el dinero de la señal, la casa está para entregar y que, además, es de ellos, de la Caja, es decir, no hay problema alguno para entregarla de inmediato, pues no, la respuesta del empleado de turno es que no se puede firmar la escritura y entrega de llaves hasta dentro de dos o tres semanas y si te quejas mas arriba te dicen que ese es el protocolo de la Caja” – ¿Alguien lo entiende?

Este post está dedicado a todos aquellos empleados, y sin embargo amigos, de lo público y de la banca, que por culpa de los que lo debieran haberlo remediado, se han convertido en muebles humanos, mentes vacías, eslabón improductivo y en mantenidos de una estructura social asfixiante e insoportable.

Os cuento aquí, ahora, un relato verídico, no es inventado, a lo mejor he exagerado un poco el color, pero la foto es auténtica, y como diría el protagonista de “El Guardián en el centeno”: es cierto, “Se lo juro”.

Una oficina de la CAM, podría ser seguramente cualquiera de ellas, nueve y cuarto de la mañana. Cola inexplicable, (para un inmobiliario como yo), de unas veinte personas, hasta la misma puerta, todas esperando que les atienda el poco animado empleado de la ventanilla. Titubeante, voy hasta el fondo a la derecha y pregunto al primer ser vivo de la oficina que no puede evitarme porque casi me siento en su mesa; “Mire Ud. vengo para cancelar una aval que …….., paro de hablar, pues la cara de angustia de la empleada es como la del reo en el corredor de la muerte, y digo; ¿es aquí? Y me contesta, no, bueno; si es aquí, pero tiene que hablar con el Director. Yo pregunto; ¿está?, si, pero está ocupado, espere allí sentado. Lo del “sentado” era toda una premonición. Bien, me siento. A mi lado hay gente que parece llevar esperando toda una vida. Espera Ud. para hablar con el Director, le pregunto a un vecino de asiento. ¿Cómo dice?, nada, nada, no es nada, yo preguntaba si Ud. estaba aquí esperando ser recibido por el Director. Sí, me contesta el más anciano, dos sillas mas allá, yo soy el siguiente, debe faltarme poco, pues llevo ya media hora esperando. Delante tengo dos muebles, me refiero a las mesas. Gestor-Cam, con un enorme y sugerente cartel que así lo indica, casi pegado al techo, tiene colgado de él otro más alargado que dice; “habla conmigo”, o algo así de parecido y de cachondo. Más abajo dos mesas, las que tengo delante, con sillas y dos personas con cara de conserje de la seguridad social, las cuales, igual que aquellos, no levantan vista del tablero, no sea que les preguntes algo. Hay unas cuatro o cinco personas que entran titubeantes y me preguntan; ¿Ud. espera para hablar con las chicas?, no yo estoy para el Director, - ah -, dicen, y se sientan y hablan con los muebles que tengo delante. 

Esto se va poniendo interesante, veo entrar gente titubeante y se repite la escena, me acabo convirtiendo en el conserje ideal, rebrotan en mi mis condiciones de vendedor, mi fe en la necesidad de ver a un cliente bien atendido, a unos los mando para aquí, a otros para los muebles de enfrente a otros les dejo la silla pues van donde yo y así he pasado casi una horita de mi vida en una oficina mal llamada bancaria que no merece ni a uno solo de sus clientes. ...

Mi reunión con el director la comentaré en otro apartado, hoy estoy con lo del Cambio de Modelo Productivo. Como imagino habréis podido comprobar, hoy he vivido la necesidad de ello, (me refiero al CMP), en mi propia carne. ¿O no es eso lo del CMP? “Venga, no seas graciosillo, la gente se puede molestar cuando dices estas cosas”. - ¿Tú crees cariño? ¿Tú crees que se molestarán?. Pues mira, pienso que a mi hasta me gustaría, pero a ellos les haría mucho bien hacerlo, mucho mas que gusto a mí.

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