sábado, 25 de junio de 2011

Adiós teniente Columbo, dale un beso cuando la veas



25 junio 2011

Ves pasar muchas cosas por el escenario de tu imaginación y no siempre atinas a darle la importancia que tiene. Cuando llegas tarde a casa y lo ha sido porque te han parado al salir de la oficina, media hora, y no has avisado, al llegar no eres consciente de que alguien te ha estado esperando, comiéndose el reloj con la vista, y que además puedes haber estropeado un laborioso guiso. Sigues viajando por la memoria y te acuerdas de cuando salías por la noche y decías aquello de que no se a que hora volveré. Al volver, lo hacías con sigilo, pero cuando ya estabas en la cama, respirando profundamente por el agotamiento de la salida, oías como sin apenas hacer ruido, ella se acercaba a tu puerta y aunque no la veías, sabías que estaba allí, estaba asegurándose de que estabas tumbado y que estabas bien.

Quizás la memoria me ha llevado hoy hasta ella al leer la muerte del infalible Teniente Columbo, a ella le encantaba esa serie. Yo ya no estaba con ella, pero ella buscaba la forma de estar en el mundo viéndola. Eso será, cuando alguien de tu mundo se va, parece como si empezaras a marcharte un poquito con él. Adiós teniente Columbo, dale un beso cuando la veas.