Permitidme hoy, que suelte un par de lamentos a raíz de todas esas vomitivas y llamativas noticias que, en búsqueda desesperada de audiencia, publican los periódicos de parte sobre las presuntas corrupciones en las que se implica, buscando el beneficio político de sus patrocinados, a Políticos y de paso a los Profesionales y Empresarios del ladrillo, y lo hago, quizás, por alusiones virtuales y/o por sentir vergüenza ajena sobre lo que se cuenta de la profesión tan ilustre y digna como es la del que se dedica a poner ladrillos y venderlos una vez puestos.
Ayer decía que ser promotor Inmobiliario es, en la sociedad actual, vivir bajo sospecha. Tanto se ha dicho y se ha visto que a nadie le extraña que esto sea así. “Ah, estarás forrado, ¿verdad Enrique?”, eso es lo primero que se le ocurre contarme a cualquiera que me va conociendo, si, ya sé que lo dicen medio en broma, pero en el fondo no hacen mas que trasladar al trato lo que en los medios de comunicación se va “largando sorprendentemente” a pesar de ser asuntos judiciales que para sacarlos a la luz deberá contar con la mano amiga dentro del mismo Juzgado y que a nadie le preocupa que eso sea así. Luego, habrá que ver cuantos de todos los Capos del ladrillo han sido imputados, pues pocos, muy pocos que se sepa, comparados con los que hay, los que lo han sido de modo definitivo.
En España, y entre ellos los que hemos ejercido de Empresarios Profesionales y, especialmente, a sueldo de grandes empresas, de poco o de nada de todo lo que se cuenta hemos participado o visto implicados vez alguna. Presidentes de empresas, Vicepresidentes, Políticos de todo color, eso sí hemos visto, pero profesionales somos muchos y, realmente, somos los que hemos puesto el ladrillo y lo hemos vendido, hemos cuidado de la honestidad urbanística y hasta de lo más difícil, conseguir la calidad en la entrega de los mismos. Cuando algo está mal en una casa, hemos sido y somos, nosotros los Profesionales del Ladrillo, los “culpables” de todo y por ello somos castigados sin piedad por unos inocentes, vehementes y, a veces, inconscientes clientes y de ello nos hemos defendido a la vez que hemos atendido la sinrazón de un, a veces, mal estructurado negocio en el que se prima por las empresas y por encima de todo, mucho más el productivismo que la calidad. Nosotros hemos estado preocupados por el Diseño, por el Precio, por la Calidad y por la Postventa, ninguno de nosotros hemos estado involucrados en presión alguna sobre el suelo Municipal emergente, los políticos de buena fe nos han atendido con rigor y, a veces, hasta con miedo. Reunirse, comer, merendar, cenar y hasta ir a Lourdes a pedir por la dignidad del negocio, con los Políticos, forma parte de nuestra labor, relacionarse con ellos es igual que lo es hacerlo con un Guardia Civil para un camionero o con un Director de Banco para un pequeño y mediano empresario.
Que tres se puedan ver implicados en el negocio de las dádivas desmesuradas o en contrataciones de favor y hasta en absurdas recalificaciones de suelo para beneficio de pocos, NO ES LA ACTITUD MAYORITARIA del colectivo, de ese en el que muchísimos empresarios del Ladrillo que lo forman, al margen de los siempre ocasionales aficionados que vienen al sector a descargar su dinero negro, son gente honrada, es decir, igual de honrada que lo es cualquier otro empresario de cualquier otro sector, que se han ganado la confianza de sus clientes y que viven desde tiempo inmemorial marcando el ritmo del desarrollo urbano de las ciudades de nuestro País. Mucho son los BUENOS y pocos los escogidos para ser “famosos” por su mala y connivente gestión, pero la mayoría de empresarios del Ladrillo, repito, no son culpables de esos calificativos. La mayoría de ellos, además, por una equivocada política de suelo y al amparo de una mala gestión política de nuestro sector, se han visto arruinados y succionados por los Bancos que primero les dieron el dinero que les dio la gana, cuando les convenía, y ahora los destruye ahogándolos en la sequía financiera que ha hecho de ellos juguetes del destino y del fracaso. Lo errores de los Bancos los pagamos entre todos ¿verdad? pero los del ladrillo quien los paga, pues esos no, esos los han pagado los Promotores con su vida Profesional y con su Negocio.
Por favor, perdonadme estas lágrimas de ira dando la cara por ese mayoritario y honrado grupo de profesionales que, al margen de sus/nuestros errores, hemos dejado la piel por nuestra profesión, por nuestras empresas y por nuestros clientes, el mal Promotor Inmobiliario no es siempre el que hace las cosas mal, lo es el que no da la cara ante las dificultades y los errores, por favor, que no se os olvide y tampoco olvidéis que la honradez no está en los periódicos, eso no interesa a nadie, ni a los medios tampoco, por tanto por mucho que oigáis que éste o aquél ha hecho esto y/o lo otro, por favor, no los juzguéis hasta que los condenen y si lo hacen recordad que solo los condenan a ellos y NUNCA A TODO EL SECTOR.
Hace ya años que la prensa se ceba en general con promotores, políticos..es lo que vende. Pero yo separaría temas, no es lo mismo un político imputado que un promotor. El primero, según mi opinión, debería abstenerse de presentarse a ningún cargo, pero un promotor imputado, de entrada, es un particular que puede ver su negocio arruinado.
ResponderEliminarLo que ocurre es que los promotores y los constructores, en determinados casos, han dado una imagen deplorable y esto es muy dificil sacudírselo por las buenas. Conozco a gente joven que comenzaba y el negocio se les fué al traste en dos días cuando estalló la crisis del ladrillo.
Así es, Candela, pero hay muchos que son mayoría y solo quieren hacer su trabajo y son tan honrados como los panaderos, por decir algo. Lo que hagan otros no debe empañar al resto, esa es mi utópica pretensión.
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