31 agosto 2011
"Jo, que asco, mañana tengo que ir a currar". Así me despachaba hoy un compa de juegos de piscina a la voz del adiós del monitor terapéutico. ¿Te aburre ir a trabajar? - le digo - "No, Enrique, lo que pasa es que estoy hasta los bebes de todos ellos, no hay proyectos de futuro, es decir, nada de asuntos nuevos, solo nos tienen ahí para que vayamos liquidando los activos y sabemos, porque es lo que se ve venir, que cuando hayamos vendido todo nos mandarán a la cola de Isabel La Católica, (OFICINA DEL INEM). Ni nos escuchan y ni siquiera llaman, solo quieren saber previsiones de venta de las viviendas que nos quedan, número de visitas, llamadas y todo eso que tú sabes tan bien" - Bueno, pero de momento vas cobrando y eso te hace poderoso, no se si feliz, pero por encima de muchos, le digo - "No, Enrique, no, no es así, yo ya estoy deseando que me echen desde hace casi tres años, estoy amargándome la vida, ya le chillo a mis hijos y lo que es peor, también lo hago con mi mujer, es terrible. Tú no hubieras soportado esto, es un martirio al nuevo estilo. Bebo ya mas de la cuenta y hasta llego tarde a casa, sin motivo alguno. Lo siento, Enrique, no estoy de humor, no, no me gusta ir a trabajar, pensé que nunca lo diría pero es así, odio el trabajo, ese trabajo y lo que es peor es que empiezo a odiarme a mi mismo".
No he podido consolar a mi compañero de hoy, imposible, solo he podido advertirle que esta situación no es buena para nadie y que debiera cambiar de actitud, pero todo ha sido en vano. Mi amigo quiere volverse al pueblo, a sus 40, siendo Aparejador, quiere volver a su tierra para dedicarse a los "cerdos", eso es lo que me ha dicho y yo, tristemente, no he sabido que decirle, solo le he dado un fuerte abrazo tras el apretón inicial de despedida. Suerte amigo.
