01 noviembre 2011
La felicidad del hogar es solo propia del que lo tiene, me decía ayer un huertano feliz. Pues bien, sentado en tu rincón favorito y apreciando esa riqueza como merece el saber que se tiene, me he perdido en algunos sueños de mi música que, no sé por qué, siempre acaba en esa música tristona y feliz de los Aute, Milanés y hasta del mismo Sabina. Recuerdo, ahora, que ayer, con uno de mis compas del Facebook, compartíamos un trocito de uno de los conciertos de André Rieu que terminaba con una interesante motivación hispánica. Hoy me he tropezado con esta otra que, al margen de su componente sónico tiene mucho que envidiar desde todos los que aún siendo amantes de las “tradiciones, lengua y costumbres de nuestra calle”, tenemos un especial sentir por lo español.
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Enrique, después de cumplir con los amigos que habéis tenido la paciencia de no recibir contestación a vuestros comentarios, empiezo a repasar todo el atraso que los ordenadores no me han dejado visitar.
ResponderEliminarEsta espléndida publicación que nos traes demuestra fehacientemente que se quiere a España y a los toros. No somos tan desconocidos aunque un local tan gigantesco como el que nos muestran es "un dispendio" para Rita y secuaces que los hacen más pequeños y más caros. ¡Es la economía de mercado..., y bolsillo.
Si cubrieran las pistas del aeropuerto de Castellón igual aparece un local más grande.
Un abrazo.
Antonio, eres enormemente considerado. Contetar a todos los comentarios que se hicieron estando de vacaciones es algo que demuestra como eres.
ResponderEliminarUn abrazo