24 noviembre 2011
Me pongo en la barra y nadie parece mirarme, da la impresión que ni tan siquiera existo, ellos están ahí, a lo suyo, dale que te pego, "que si mi mujer me ha dicho que tengo que dejar de fumar y que lo haga por los niños", dice uno. Al fondo se oye una de los Teen Tops que me descoloca, mientras tanto la rubia de la derecha le dice algo al guaperas que está a su lado, "se acabará enterando XXX, es mejor que le digas la verdad y la dejes". Mas allá la simpática regenta del Chiringuito empieza a soltar esas ricas salchichas alemanas, que solo ella sabe preparar, sobre la plancha, haciendo que mis jugos gástricos empiecen a fluir en mi boca, irremediablemente. Pero mis pasiones ajenas concluyen al escuchar a mi lado una voz angelical que me pregunta: "¿Lo de siempre?" y yo le contesto, si, si, claro, un cortadito bien caliente. Y yo me pongo aquí, tan feliz, a escribirlo, si, que soy feliz y que solo me hace falta muy poco para ello, tan solo las cosas sencillas son valorables desde una perspectiva racional y emocional ....... cuanto tiempo me ha costado entenderlo, casi toda una vida. Nunca es tarde.
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Ya veo que blogueas in situ. La conversación esa de la que tenía que dejar a XXX parecía interesante. Debías haberla seguido, je, je.
ResponderEliminarEso, eso, sigue,,,,,,,,jaja
ResponderEliminarUn saludo
Si, Bucan, han seguido un buen rato, cada vez en tono mas bajo y el XXX me miraba mucho. He tenido que irme al interior de la tienda y luego los he visto que la pareja se met´çia en las oficinas. Ya ves.
ResponderEliminarSi, argy, así lo haré, ya sabes, 32 años más, solo.
ResponderEliminarDisfruta de tus paseos y tus chiringuitos, Enrique.
ResponderEliminarDefinitivamente tenemos que tomar un cafelito.
Miraré en mi agenda, Antonio C. Gracias, amigo.
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