13 enero 2012
Preparando la conferencia de esta tarde y la posterior tertulia de la larga noche que me espera, me he puesto a meditar sobre todo lo hablado y escuchado con mis inolvidables amigos del calçio periquito. No podré contar aquí las emociones vividas en un día como el de hoy en el que hacía ya muchos días que no nos veíamos, (desde el año pasado), pero tener amigos así, recompone el alma, el espíritu y reaviva las cenizas del entusiasmo, a veces, perdido o, a veces, olvidado. Amigos, si no los tenéis aún, como los que yo tengo, daros prisa, a veces cuesta toda una vida tenerlos, pero eso, siendo difícil, es mucho mas difícil mantenerlos. Ánimo, seguro que estáis a tiempo de tenerlos y/o de conservarlos, que no se os olvide, eso no es una broma.
Por la paella y una botella que se observa, se vé que os castigáis a modo, ja, ja.
ResponderEliminarUnos verdaderos mártires, Bucan, no te puedes hacer una idea.
ResponderEliminarQué entrañable recuerdo de nuestro común amigo Alfredo, que a buen seguro estará deleitando a Dios con sus arroces allá en el Cielo.
ResponderEliminarSolo de pensar en el caldero que nos hacía, s eme hace la boca agua.
Un abrazo.
Una fortuna poder contar con amigos, Enrique.
ResponderEliminarNo puedes tener más razón (una vez más)....cuanta envidia me das amigo!
ResponderEliminarSi, CT, Alfredo fue nuestro "ídolo" como profesional y como amigo. Ahora queda la familia que, casi todos ellos están en el negocio y bien, muy bien, buena gente, les viene de familia. Un abrazo
ResponderEliminarEs una gran suerte, muy trabajada, eso si, pero es, también, una bendición, Antonio C
ResponderEliminarBueno, tú no debes quejarte argy, tú tienes mucha marcha por donde vas, amigo. Aprecias la amistad y el sentido de la familia feliz. Tú eres un joven maestro en esa especialidad.
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