miércoles, 19 de septiembre de 2012

Cartas cruzadas con la depresión



19 septiembre 2012    17 enero 2011

Cartas cruzadas, una vez más,  con un buen amigo que metido en una tremenda depresión, está sumergiéndose en el pantano de la soledad y de las turbaciones sin fin……………
Hola “E”, hola “L”: ¿Pudiera ser que comiéramos juntos un menú de crisis? -  ¿vale? – Falta concretar lugar  y día. Hago propuestas:
1. Corty, SS de Churruca, desde 11,95€. A mí me tratan muy bien
2. Cactus Cantina San Vicente, detrás Universidad, unos 20/22 €
3. Cafetería Ros en el Vissum, unos 20 €, me tratan de maravilla.
4. Asiático, tipo marisco, CATAY, justo al ladito de mi casa en Playa San Juan, a pie de TRAM/Holanda, línea 4, que viene de Luceros. Unos 11 €



Vaya, “E”, no estoy bien de ánimos, llevo unos días muy deprimido y me gustaría contestarte hoy mismo donde y cuando, pero no puedo. Sí puedo decirte que prefiero un comida exótica de tipo asiático, hindú, marroquí o africana con termitas subsaharianas antes que lo habitual. Intentaré no demorar mucho la respuesta, pero la verdad es que no tengo ganas de casi nada. Excepto cuando voy a inglés que está atrás de mi casa, no salgo nunca y las aglomeraciones o los sitios con ruidos vuelven a  molestarme de nuevo. Mi estado habitual es el de tristeza y astenia o desgana. No tengo estímulos apenas. Como ya he hecho casi todos los esfuerzos voluntariosos, es decir, sin ganas por rellenar mi vida, ha llegado un momento en el que " Lo voluntarioso "  va siendo sustituido  por el negativismo o negación sistemática por inmotivación.
OK, “L”, sea lo que tú quieras, pero no está bien que nos dejes a los amigos ahí tirados. Nosotros te apreciamos y hasta te podría convencer de, además de que eres un tipo demasiado guaperas y joven,  para estar así, que los problemas, la importancia de ellos, de los de cada uno, siendo un asunto subjetivo, lo es mucho más cuando te das cuenta de los que tienen los demás y a pesar de ello vivimos como si no los tuviéramos. A mí mismo, cuando me diagnosticaron la DFEH pensé que no sabría vivir con ella y ahora, tras siete  años de lucha solo tengo una cosa muy clara y que ahora no te voy a contar con mucho detalle, pero la palabra vivir desde entonces ha tomado un significado distinto, he cambiado de Tranvía y ahora disfruto de ella, tanto que desde hace ya más de siete años que a todo el mundo que me quiere escuchar solo le hablo bien de ella, de la DFEH, sin ella no hubiese sabido nunca que se puede ser tan feliz como quiera serlo y lo soy ahora.
Si quieres conocerla, me refiero a la vida, llámame, te la presentaré, verás lo bella que es.
BN
Me encantaría creer que todos somos capaces de echarle una mano a uno de esos amigos que, seguro, todos tenemos en condiciones parecidas a “L”. Si tenéis alguno en esa condición, no lo abandonéis, “por favor”, se pasa mal, muy mal y se agradece mucho que alguien se preocupe por ti, os lo aseguro.


2 comentarios:

  1. Pues no lo sé, yo creo que cada uno lleva las cosas como sabe o puede. Hay personas que se angustian solo de pensar que además de sus propios problemas, causan molestia a sus seres queridos al hacerles partícipes de sus desgracias.

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    1. Tienes razón, EKK, pero hay que ser generoso con este tipo de personas. Hay tanta gente con este tipo de actitudes que me da miedo pensarlo, amigo.

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