La vejez empieza el día en que no sabes en que ocuparte

Parece una cursilada, pero si la leéis dos veces, …….

16 septiembre 2012

Te levantas y ves que, hoy, no te has dejado media tibia en la esquina de la cama. Vaya. Sigo y observo que hasta hace frío y que ya no estoy en ese sueño que no me ha dejado pensar en lo mucho que aún tengo por hacer. Mi vaso de agua de las cuatro consigue que mi seca garganta aleje los males secundarios de mi CEPAP. Vaya, ¿quien habrá dejado cerrada la puerta del baño?, vaya porrazo. Nariz tapada, sueño desvelado, ¿misterio?: No, ninguno, todo va bien, solo que ya es domingo y estoy nervioso porque hoy será un día especial. ¡¡Enanos, iros poniendo en fila, que el director de la orquesta ya está casi de pié!!

El mar y los domingos familiares y, ah, mis comidas, eso sí, sin todo ello no habría vida. Dice mi amiga Begoña que la vejez empieza el día en que no sabes en que ocuparte al día siguiente y ella, como mujer, como amiga y como experta de casi todo, tiene mucha razón; ¿Verdad?

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