16 febrero 2013
Hay canciones que, sin darte cuenta, se van anclando en las rocas que protegen el alma y ya no puedes evitar que formen parte de ti para los restos. Canciones especiales, diferentes, canciones que con su contenido empiezas a creer en la dignidad, la fidelidad y hasta en el altruismo. Canciones que aprendiste cuando aún pertenecías a la vida del pragmatismo social y profesional, y sin saber por qué, dejabas que se instalasen en ti y en tus convicciones. Si, son canciones, solo son las canciones de nuestra vida y que solo el azar ha conseguido que ahí llegaran.
Hoy, mientras escuchaba esta magnífica versión de “Es caprichoso el azar”, me he dado cuenta que el anclaje es muy profundo.
Fue sin querer...Es caprichoso el azar. No te busqué, ni me viniste a buscar. Tú estabas donde no tenías que estar; y yo pasé, pasé sin querer pasar. Y me viste y te vi entre la gente que iba y venía con prisa en la tarde que anunciaba chaparrón. Tanto tiempo esperándote...
Bonita es la letra de esta canción Enrique, muy bonita.
ResponderEliminarUn beso
sI, A MI ME PIRRA, eVA. gRACIAS.
EliminarBuena elección :)
ResponderEliminar
EliminarGracias, Candela. Me alegra saber que a ti también te pirra.